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El Gibraltar fasniero

Un estudio de Carlos Gustavo González, encuestador topográfico, y Tomás Rodríguez, historiador, concluye que Güímar “usurpó” parte de la cumbre a Fasnia
En el mapa, se observa en los puntos C y B lo que se quedó Güímar con la linde de 1952 con la que no está de acuerdo Fasnia, en la parte A / DA

Carlos Gustavo González, exencuestador de Grafcan, lo califica sin miramientos como “el Gibraltar fasniero”, en la defensa que desde hace años lleva a cabo para que su municipio, Fasnia, recupere casi siete kilómetros cuadrados que le “usurpó” Güímar con una linde artificial.
Carlos Gustavo González, junto al historiador Tomás Rodríguez, trabaja desde hace cinco años con la idea de que la linde actual entre los municipios de Fasnia y Güímar, desde su origen en 1952, es a todas luces artificial, perjudicial e injusta con Fasnia.

“Muchos fasnieros no nos hemos podido quitar esa matraquilla de la cabeza y de ahí el embarcarnos en este trabajo que esperemos que termine con su revisión”, algo que tendría que hacer Política Territorial una vez que se presente el laborioso estudio realizado junto a Tomás Rodríguez, con el apoyo del propio alcalde de Fasnia, Damián Pérez, que no habla de “pintar una raya azul, como hizo la alcaldesa de Güímar en el Polígono, pero casi”, aunque aquí hablemos del linde de montes y barrancos en la parte alta de Chifira o Archifira. “Cómo va a ser el Chifira de Güímar cuando todas las fincas son de fasnieros; la linde es el barranco de Las Cruces, continuidad del de Herques en la cumbre”, señala el alcalde, que recuerda que muchas fincas se partieron por el linde y que incluso la galería de Chifira, abierta en 1935, se la quedó Güímar.

Señala Carlos Gustavo González, en su búsqueda de la verdadera linde, de la que le habló su bisabuelo y su abuelo, que “una vez descubierto el primer documento, se encadenaron uno tras otro en forma de cascada”, y a partir de ahí, con el fichaje de Tomás Rodríguez, licenciado en Geografía e Historia -“e imparcial por proceder de Tegueste, recuerda Carlos Gustavo-, se fue analizado el material recopilado de los archivos (unos 10, entre públicos y privados), artículos realizados por el cronista oficial Octavio Rodríguez y entrevistas a informantes de ambos lados del barranco de Herques. “El resultado nos llevó a la misma idea que esgrimían nuestros viejos, Archifira es y siempre ha sido de Fasnia”,
La solución al dilema se encontraba en los orígenes del municipio de Fasnia y las distintas desamortizaciones que se producen en el siglo XIX con la venta de Las Dehesas del Ayuntamiento constitucional de Fasnia a los propios vecinos. Dentro de las ventas de Las Dehesas -se quiso vender hasta el Teide- se encuentra, entre otras zonas de los altos de Fasnia, la de Archifira, de cuyo lugar se reparten distintos lotes a varios vecinos, siempre fasnieros o descendientes directos de fasnieros que se venían aprovechando de esas tierras. “De los beneficiados de esos repartos hay que destacar la figura de uno de sus vecinos y mi trastatarabuelo Antonio Díaz Lázaro, a quien en 1847 se le venden: “tres suertes de tierras en un cuerpo, de cabida de diez fanegadas, situadas en Archifira”.

El actual y polémico catastro data de 1956 a partir de las fotografías aéreas del vuelo americano de 1952, y la cartografía del Ejército decide darle en la zona que llega hasta Izaña, el 73% al municipio de Güímar y el resto a Fasnia, “aunque debería haber sido al revés”, coinciden Carlos Gustavo González y Tomás Rodríguez en su estudio histórico-etnográfico sobre el que denominan “Gibraltar fasniero”.

Carlos Gustavo González y Tomás Rodríguez, responsables del estudio / NORCHI

“Más papeles que España para defender Gibraltar”

Tomás Rodríguez insiste en que “Archifira no aparece en el municipio de Güímar hasta el catastro de 1952; todas las subastas de pino caídos, de leña, juicios por ganado, todo aparece en Fasnia”, y Carlos Gustavo insiste en que “tenemos más papeles que España para defender Gibraltar” y no piensa en una raya azul para marcar la nueva linde, sino en “hacer los majones con papas”, sonríe Carlos Gustavo, a quien parec irle la vida en tan singular e histórica reivindicación.

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