El 18 de abril de 2018, la NASA, en colaboración con otras agencias, lanzaba el Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito (TESS), un nuevo telescopio espacial. Está diseñado para la búsqueda de exoplanetas -planetas que orbitan otra estrella que no es el Sol, o sea, fuera de nuestros sistema solar-, y lo hará sobre un área 400 veces mayor de la que abarcada su predecesora, ya amortizada, misión Kepler. Con su puesta en funcionamiento se espera encontrar más de 20.000 exoplanetas, cantidad muy superior a los 3.800 que han sido descubiertos hasta el momento (1.500 gracias a la Kepler).
VÍDEO: Así funciona el telescopio TESS, explicado en un minuto y medio
El lanzamiento se realizaba a bordo de un cohete Falcon 9 V1.2 de la compañía SpaceX. Son este tipo de cohetes -y otros más avanzados de la firma-, los primeros con capacidad de realizar aterrizajes verticales sobre tierra una vez concluyen sus misiones. De hecho, el primer aterrizaje de este tipo se realizaba pocos meses antes de la puesta en órbita de TESS en una operación que lanzaba al espacio un vehículo Tesla Roadster. El ruido mediático de ese hito tecnológico de SpaceX, sumado a los constantes retrasos en el lanzamiento del propio TESS por diversas causas técnicas, hicieron que su pistoletazo de salida pasara casi inadvertido para el público en general. Sin embargo, con el paso de los meses, los datos que ha comenzado a enviar a la Tierra van dando sus frutos y el interés por esta misión va en aumento. Sin ir más lejos, el pasado 15 de abril se anunciaba el descubrimiento de un nuevo y cálido mundo de tamaño sub-Neptuno gracias a los datos de TESS. Pocas semanas antes de este anuncio es cuando empieza la peripecia de este grupo de canarios.
VÍDEO: Mira el lanzamiento del telescopio TESS y el aterrizaje vertical del cohete lanzador
COMIENZA LA PERIPECIA INVESTIGADORA DE ESTE ‘EQUIPO CANARIO’
Cada año, el gigante tecnológico Microsoft anima a sus asociados y usuarios de todo el mundo a compartir una causa en un gran laboratorio tecnológico al que denomina Global Azure Bootcamp. Esa causa, a la que todos los participantes de manera desinteresada donan tiempo de computación, se escoge mediante evaluación de entre las propuestas que se reciben. Aprovechando esta circunstancia, David Rodríguez, director de tecnología de Intelequia Software Solutions se puso en contacto con Sebastián Hidalgo, doctor en Astrofísica del Instituto Astrofísico de Canarias y, rápidamente, ambos se pusieron a trabajar en una idea de proyecto: usar computación masiva e inteligencia artificial para buscar exoplanetas con los datos del TESS.
Horas y horas de trabajo después, la empresa de capital canario y el equipo del IAC, integrado también por los investigadores Enric Pallé y Diego Hidalgo, presentaban una memoria con la que la representación canaria se llevaba el gato al agua. La decisión estaba tomada: el Global Azure Bootcamp 2019 dedicaría todos sus esfuerzos a la interpretación de los datos del TESS. “La cantidad de datos generada por estas misiones solo son abarcables con el uso de la computación en la nube. Por eso, el Global Azure Bootcamp es una gran oportunidad para impulsar la investigación con la computación distribuida”, recogía Hidalgo en dicha memoria.
VÍDEO: Así se fraguó el proyecto entre Intelequia y el IAC
A partir de ahí, otro maratón de trabajo para desarrollar la plataforma que tendrían que poner en marcha en el laboratorio mundial. Intelequia se encargaría del sistema de descarga de los datos desde la NASA y su procesamiento para ser escrutados, mientras que para la interpretación de estos el sistema usaría un algoritmo de inteligencia artificial desarrollado por el IAC.
Y POR FIN LLEGÓ EL GLOBAL AZURE BOOTCAMP
El pasado 27 de abril la cita reunía a más de 16.000 apasionados de la tecnología de 34 países. Cada uno de los asistentes desplegó la plataforma de cálculo matemático intensivo desarrollada por Intelequia-IAC sobre la nube de servidores Microsoft Azure, donando minutos de computación distribuida para dar respuesta a uno de los presentes retos de la humanidad: encontrar planetas habitables o con vida en cualquiera de sus formas. ¿Alguien recuerda el proyecto SETI? Pues algo así, pero interpretando los datos del TESS para detectar posibles exoplanetas.
A la fecha en la que escribimos estas líneas, un total de 805.048 horas de computación han sido donadas por los asistentes, lo que equivale a más de 91 años de computación. Se han procesado alrededor de 8 millones de estrellas preseleccionadas de 3 de los 8 sectores disponibles ya de la misión TESS en los servidores de la NASA. De entre todos los datos procesados, una lista de 28 candidatos han sido seleccionados por el algoritmo de inteligencia artificial utilizado. Ahora “serán sometidos al telescopio para determinar si se trata de estrellas variables o exoplanetas, aunque la detección de variables y binarias son, en sí mismo, unos excelentes resultados”, asegura Sebastián Hidalgo.
Ciencia y filantropía tecnológica con mucha y sana competición
Si algo caracteriza también a los Global Azure Bootcamp es el fomento de la sana competencia entre los asistentes para lograr una mayor implicación en la causa y la máxima transparencia en sus resultados. Por eso, cada año a través del sitio web del evento pueden seguirse en tiempo real los resultados para cada donante.
“A pesar de ser un acto de ‘filantropía tecnológica’, hay bastante pique sano entre los participantes. Me llegan cantidad de mensajes haciendo comentarios sobre su posición en el ranking y preguntándome qué hacer para mejorar posiciones. Donamos nuestro tiempo a la ciencia mientras nos divertimos”, apunta David Rodríguez de Intelequia.
En anteriores ediciones, el evento ha servido para avanzar en investigaciones relacionadas con el cáncer de mama o la diabetes Tipo II.