Por J. J. Gutiérrez | T. Fumero
Un recluso de 47 años de edad falleció el pasado sábado en el Centro Penitenciario Tenerife II, ubicado en el término municipal de El Rosario, cuando los funcionarios realizaban el recuento de las ocho de la mañana.
Salvo que la autopsia diga lo contrario, todo apunta a que el varón murió como consecuencia de un infarto provocado por una ingesta abusiva de medicamentos o, lo que es lo mismo, una sobredosis. Sea como fuere, esta muerte eleva a un total de 69 los fallecimientos que han tenido lugar en las prisiones españolas en lo que va de año, para un total de 80 si se toma como referencia inicial el 1 de diciembre de 2018.
Sindicatos de prisiones han denunciado repetidamente que la medicación se reparte los lunes, miércoles y el viernes para todo el fin de semana ante la falta de médicos y personal sanitario, y que esa acumulación de pastillas fomentan el tráfico de medicamentos en los propios recintos penitenciarios y que, en ocasiones, acaban produciendo la muerte de internos. Respecto a fallecimientos de reclusos, se trata del tercer caso en Tenerife II durante los últimos meses tras la acaecida el pasado 14 febrero (sobredosis por consumo heroína) y otra en noviembre del año pasado, también por sobredosis. En la prisión Las Palmas II, se dieron óbitos el 2 de enero (suicidio por ahorcamiento); al día siguiente (muerte natural); el 13 de febrero (neumonía); el 15 de abril (enfermedad terminal) y el 26 del mismo mes (suicidio por ahorcamiento).
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