otras coordenadas

Cinco años reales

Analizamos la monarquía que cumple cinco años reales. Situamos España bajo el Índice de Calidad de la Democracia, que publica The Economist para 165 países del mundo. Bajo los criterios de “procesos electorales y pluralismo, funcionamiento del gobierno, participación política, cultura política y libertades civiles”, mide su calidad democrática. Aparecen cuatro grupos: “Democracias Plenas, Democracias Imperfectas, Regímenes Híbridos y Regímenes Autoritarios”. En el primero, las democracias plenas, 20 países, Noruega, Islandia, Suecia, Nueva Zelanda, Dinamarca, Canadá, Irlanda, Australia, Suiza, Holanda, Luxemburgo, Alemania, Reino Unido, Uruguay, Austria, Mauricio, Malta, España y Costa Rica, comprenden el 4,5% de la población del mundo. En el segundo, democracias imperfectas, el 43,2% de la población, donde están Francia, Italia y Estados Unidos, y monarquías como la belga y la japonesa. El 52,30% restante está en regímenes híbridos, como Turquía, con el 16,7% de la población. Y el 35,60% en regímenes autoritarios, con China y Rusia, las monarquías del Golfo, Nicaragua, Venezuela y Cuba, cierra la lista Corea del Norte. Las monarquías han pasado por tres fases, Monarquías absolutistas, donde el rey detenta el poder. Monarquías constitucionalistas, con soberanía compartida con el pueblo. El monarca ejerce el poder ejecutivo y nombra el gobierno. Y monarquías parlamentarias, donde el rey no gobierna y el poder del pueblo se ejerce con el legislativo soportado en el Parlamento. El mundo tiene 25 monarquías, más las 15 Commonwealth. Son el 15% de los países, que sitúan entre los 20 democracias plenas a 7 monarquías, 10 si sumamos las del antiguo Reino Unido, donde su reina es la jefa de Estado. Son el 50% de los 20 mejores. Por el contrario, las 10 monarquías islámicas del mundo, sitúan cuatro como absolutistas (Arabia Saudita, Catar, Omán y Brunéi), cinco constitucionalistas (Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Marruecos, Kuwait y Baréin), y solo una parlamentaria, Malasia. Se encuentran en atraso histórico. En el Islam es difícil construir regímenes parlamentarios, por la influencia de la religión. En la Historia de España sus formas de monarquías, van desde la Constitución de Cádiz de 1812, anulada por la monarquía absolutista de Fernando VII. Isabel II no supo conducir la fase de la monarquía constitucionalista, que acabaría en la I República de 1873-75, con cuatro presidentes en dos años. La II República llegó al final de la monarquía constitucionalista de Alfonso XIII, luego de las crisis de las colonias del 98 (Cuba, Puerto Rico y Filipinas), los desastres de África y la dictadura de Primo de Rivera (1923-30), que condujo a la Guerra Civil, entre las crisis de las guerras mundiales. En 1976 se restauró la monarquía, parlamentaria y democrática. Juan Carlos I (1976–2014), 38 años y Felipe VI, 5. La monarquía parlamentaria ofrece mejor solución que la República, a la Jefatura del Estado. Obligada a ser símbolo de unidad y permanencia, moderadora de las instituciones y representante en las relaciones internacionales. Su ausencia de partidismo le da credibilidad y confianza, internacionalmente neutralidad e historia. Representa el poder permanente frente al temporal y contingente de los partidos. Estos valores tienen una carga simbólica esencial, cuyo reconocimiento exige ejemplaridad. El rey es inviolable y no tiene vida privada. La abdicación de Juan Carlos I corrigió el grave defecto de una familia real desestructurada y con daños colaterales. Felipe VI corrigió el golpe de Estado del 2017 ante la pasividad de los partidos. Ejerce un poder moderador y representa a España en las instituciones y el mundo global. Con ejemplaridad familiar, excelente formación y valores, ha actualizado la monarquía parlamentaria, como democracia plena. En cinco años reales.

TE PUEDE INTERESAR