Es posible que conozcamos a personas a las que le hayan roto el espejo retrovisor de su coche en alguna ocasión, o bien puede que nos haya pasado a nosotros mismos. El caso es que en los últimos tiempos, de ser un elemento ‘apetecible’ para darle una patada y reventarlo ha pasado a convertirse en objetivo de los ladrones.
La moda de robar retrovisores ha llegado a las grandes ciudades y parece que no tardará en propagarse por Europa, según informó 20 minutos.
Todos los casos que se han dado en Nueva York guardan algunas similitudes: son coches de alta gama y equipados con las últimas tecnologías del mercado, cuyo valor económico es muy elevado.
Los vehículos de las marcas más importantes, Audi, BMW, Lexus, Merceder o Porsche, son ‘una perita en dulce’ para los cacos, ya que sus espejos retrovisores cuentan con una infinidad de elementos que podrían ser vendidos a muy buen precio, como cámaras integradas, sensores de ángulo muerto o cámaras de asistencia para el conductor.
El precio de un retrovisor completamente equipado puede ascender hasta los 1.500 euros.