La conformación de un Gobierno de cambio y de progreso liderado por el socialista Ángel Víctor Torres que ponga fin a 26 años de hegemonía nacionalista a cargo de Coalición Canaria, se abre paso y suma efectivos para hacerse realidad una vez se constituya el Parlamento de Canarias a fin de mes. Entre los planes de Torres, decidido a ampliar el marco de su gobierno para atraerse la conformidad de los sectores sociales y económicos, figura la posible incorporación del partido de Vidina Espino. Ciudadanos obtendría así una cuota de poder regional por primera vez, justo cuando debuta en la Cámara autonómica. Esta posibilidad se asienta en la notable influencia de Cs, erigido en llave de la Alcaldía en Santa Cruz, en un pacto de Matilde Zambudio con la socialista Patricia Hernández, al que podría sumarse en las próximas horas el Partido Popular, encabezado por Guillermo Díaz Guerra.
Hernández se convertiría así en la primera alcaldesa en la historia de la capital y se daría la circunstancia de que en el Gobierno municipal las dos cabezas visibles de la mayoría serían mujeres. Ciudadanos conseguirá la Alcaldía de Tacoronte, municipio en el que su candidata Virginia Bacallado fue la más votada, tras abortar la dirección socialista, tanto la insular como la regional, un acuerdo inicial que excluía a Cs.
En el Cabildo de Tenerife, el socialista Pedro Martín ha avanzado notablemente las negociaciones con Ciudadanos para trazar una moción de censura que desbanque al nacionalista Carlos Alonso. Para ello ayer se confiaba en el PSOE en alcanzar a lo largo del día de hoy un acercamiento con el PP que lidera en Tenerife Manuel Domínguez, firme adversario de Carlos Alonso, al que durante el mandato anterior y en la campaña electoral responsabilizó de los atascos en las carreteras de la Isla. Esta posible confluencia de populares, centristas y socialistas no se contradice, según los negociadores del acuerdo, con la decisión adoptada ayer por PP y Ciudadanos de “ir de la mano” a partir de ahora en las reuniones de los pactos.
En este contexto, ayer no pasó desapercibido el acuerdo alcanzado por PSOE y PP en la isla de Lanzarote, uno de los feudos más cotizados de CC, según el cual el gobierno del Cabildo será socialista y el de Arrecife, popular. El PSOE está decidido a cerrar acuerdos en el segundo nivel con el PP en toda Canarias, incluyendo de manera especial territorios como La Palma y Tenerife. Los populares, que obtienen indudables parcelas de poder con esta entente con el PSOE y logran apartar de la primera línea a un adversario directo como CC, intensificarán desde hoy las conversaciones con unos y otros, pero, con el reloj en la mano, los acuerdos se deberán cerrar en cuestión de horas.
Tanto Ferraz como Génova parecen coincidir en que todavía no es posible un acuerdo de gobierno regional entre PSOE y PP, “pero todo se andará”, señalaron ayer fuentes socialistas. De momento, las direcciones nacionales sí ven con buenos ojos que ambos partidos alcancen acuerdos locales.
La notoriedad e inusitado poder que Ciudadanos está a punto de gestionar como referente moral de la regeneración política en un escenario contaminado por casos de corrupción y escándalos judiciales, como Canarias, convierten a este partido en llave, junto a la ASG de Casimiro Curbelo, del cambio político que está a punto de producirse en el Archipiélago.
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