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Santa Cruz decreta la urgencia para que ningún escolar quede sin comida

Llamamiento de la alcaldesa Patricia Hernández: “Pido a los vecinos que acudan a Servicios Sociales para derivarles las ayudas”. El Ayuntamiento actúa contra reloj para reabrir los comedores el lunes
Los talleres lúdico educativos del Gobierno de Canarias incluyen un servicio de comedor para las familias en riesgo de exclusión social, que en Santa Cruz son más de 200, según los inscritos el año pasado. F. P.
Los talleres lúdico educativos del Gobierno de Canarias incluyen un servicio de comedor para las familias en riesgo de exclusión social, que en Santa Cruz son más de 200, según los inscritos el año pasado. F. P.
Los talleres lúdico educativos del Gobierno de Canarias incluyen un servicio de comedor para las familias en riesgo de exclusión social, que en Santa Cruz son más de 200, según los inscritos el año pasado. F. P.

El Ayuntamiento de Santa Cruz trabaja contra reloj para que los comedores escolares de verano, de los que en 2018 se beneficiaron más de 200 niños en la capital, se pongan en marcha lo antes posible. La intención de la alcaldesa capitalina, la socialista Patricia Hernández, es que ya el próximo lunes estén contratadas las actividades y los servicios de comedor que van aparejados. Este programa, hasta el año pasado, era ofertado por la Consejería de Educación. Hernández explicó a DIARIO DE AVISOS que, mientras se ponen en marcha estas actividades, ha dado la orden a Asuntos Sociales para que se refuercen las ayudas de emergencia. “Les pido a los vecinos que acudan a los servicios sociales o que llamen a los distritos para que podamos derivarlos a las ayudas de emergencia”, insistió Hernández.

Desde Asuntos Sociales, su responsable, Marta Arocha, ya ha hecho llegar la orden de Alcaldía a las Unidades de Trabajo Social (UTS) para reforzar la tramitación de las tarjetas de alimentos para aquellas familias que las demanden en esta semana en la que aún no hay talleres en marcha.

Este refuerzo va dirigido a las familias que contaban con poder mantener a sus hijos en el comedor durante el verano, puesto que las actividades que organizaba Educación ofertaban esta posibilidad. Y es que ayer, 1 de julio, los talleres lúdico educativos que cada año ponía en marcha el Gobierno de Canarias, destinados principalmente a los menores en riesgo de exclusión, debían haber empezado en una decena de colegios, que son los que, cada año, han venido sumándose en la capital a esta iniciativa que arrancó en 2013.

En Santa Cruz el número de centros que ofertaban estas actividades ha ido disminuyendo, al igual que el número de menores que las demandaban, que, aun así, el año pasado fueron más de 200. En 2013 la cifra rozó los 600 niños y ya en 2016 la oferta de plazas bajó hasta las 300, cifra que se ha venido ofreciendo desde entonces en la capital. Tal y como denunció la alcaldesa, el número de menores que el año pasado participaron en las actividades es la única información con la que cuentan. “La Consejería de Educación nos dijo que los listados con los niños que habían solicitado estos talleres se habían enviado a los ayuntamientos, pero en Santa Cruz no están”.

“Ya hemos pedido esa lista a la Consejería -continuó Hernández-, pero también estamos hablando con los colegios en los que otros años se ofertaban estas actividades para saber si hay familias que lo hayan solicitado y que estén a la espera”. Mientras tanto, en paralelo, los trabajadores del Ayuntamiento están preparando junto con Intervención la contratación de las actividades y la comida. “Estamos viendo la forma más rápida de hacerlo, de dónde sacamos el presupuesto, todo para empezar a prestar este servicio por nuestra cuenta”. Hernández insistió en que esta iniciativa en la que se trabaja a contra reloj es a título municipal y que es la Consejería de Educación la que tendría que estar trabajando para solventar un problema que ha creado la propia institución.

Educación había advertido ya desde el verano pasado que habría un cambio en el modelo, puesto que el número de niños había ido disminuyendo cada año, tanto que, según los datos aportados por la Consejería regional de Educación, casi la mitad de las plazas ofertadas no se acababan cubriendo. Sin embargo, la crítica de los ayuntamientos es unánime, entre otras cosas, por aplicar el cambio de modelo en mitad de la constitución de las nuevas corporaciones tras las elecciones municipales.

Hernández recuerda que, en el caso de Santa Cruz, “nosotros asumimos el Ayuntamiento el día 15 de junio y el plazo para solicitar esas ayudas finalizó el 14 y se abrió el 10”. La ampliación de ese plazo hasta el 27 de junio no ayudó demasiado a los consistorios. Solo 28 ayuntamientos, según los datos de Educación, han solicitado las ayudas que ofrecía la Consejería para que los municipios sumaran el servicio de comedor a las actividades que ya estuvieran organizando.

En Santa Cruz, remarca Hernández, aunque se estiman que son esos más de 200 los que podrían beneficiarse de las plazas de los talleres, la realidad es que “los niños susceptibles de recibir esta ayuda se elevan a 1.900, que son los que tienen cuota cero en el comedor escolar durante el curso lectivo. Es verdad que en verano son muchos menos los que acuden a los talleres, pero esa es la cifra que tenemos en Santa Cruz”.

Junto al Ayuntamiento de Santa Cruz, el de Las Palmas de Gran Canaria es otro de los consistorios que han levantado la voz contra esta medida de la Consejería de Educación. Su concejal de Educación, Lourdes Armas, en declaraciones a Canarias 7, señalaba que “es una competencia de la Consejería de Educación que no puede pasar a los ayuntamientos así como así, subvencionando con tres euros al día a cada niño y, lo más grave, publicando la resolución con el cambio de modelo el día 10 de junio, con un plazo de cuatro días, hasta el 14 (se amplió hasta el día 26), para solicitar la subvención”.

En funciones

La Consejería de Educación ha salido al paso de las acusaciones de los municipios recordando que es una medida que ya avanzó en 2018 en el seno de la Federación Canaria de Municipios. Sería este verano cuando se fusionaría el programa de la Consejería de Educación con los programas de verano de los ayuntamientos, con la financiación de una comida completa para todo el alumnado en riesgo de exclusión social que participe en los talleres municipales.

Educación defiende que esta fusión busca evitar la segregación entre los niños de los talleres municipales y los que acuden a los que organiza el Gobierno de Canarias. También, añade la Consejería, se busca mejorar la eficiencia de la gestión, ya que “los talleres de la Consejería han ido en continuo declive y si en 2014 se alcanzó el número máximo de inscripciones, con 4.895, en agosto de 2018 fueron 2.132. Además, prácticamente la mitad de los matriculados después no asistía y de esos 2.132, solo acudían 951, de media”. Entre los municipios que han solicitado la financiación se encuentran 15 de Tenerife. Guía de Isora, La Orotava, San Cristóbal de La Laguna, La Matanza, La Victoria o Adeje. En Gran Canaria la han solicitado otros 13, entre ellos Mogán, La Vega de San Mateo o Teror.

“Una niña se desmayó porque su única comida era el desayuno del colegio”

Son muchas las voces que se han alzado contra el inoportuno cambio de modelo del Gobierno de Canarias en lo referente a los comedores escolares, que aún siguen siendo de vital importancia para un importante número de familias canarias. Una de esas voces es la de un monitor de los campamentos de verano organizados por la Consejería de Educación, quien relató en los micrófonos de La Mañana en Canarias, de COPE Canarias, la situación con la que se encontró en uno de estos talleres. “El primer día se presentó una familia con cuatro menores, tres de ellos sí podían acudir a los cursos lingüísticos, pero la más pequeña solo vino para poder comer algo, el inglés era secundario y un día se me desmayó en clase”. Apuntó que ese mismo día fue al Ayuntamiento de La Orotava, donde le dijeron que el lunes “les diera una bolsa con comida”.

“Cuando uno va con ilusión a trabajar -continuó- y se encuentra con menores que solo hacen una comida en todo el día, se le cae el alma a los pies. Le llegué a decir a unas madres que viniesen al colegio con táperes porque pasaban hambre y sobraba comida”.

Este testimonio pone de manifiesto que, aunque se han reducido las cifras de menores necesitados de este complemento, lo cierto es que siguen siendo demasiadas las familias que ven en este refuerzo veraniego una ayuda más a la maltrecha economía familiar. En Santa Cruz esas familias son más de 200, demasiadas en cualquier caso.

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