Ha comenzado el mes de agosto, pero en Canarias el calor brilla por su ausencia. Incluso hemos utilizado el paraguas, no para protegernos de los rayos del sol, sino para refugiarnos de la lluvia. Frente a las espectaculares olas de calor que afectaron a la Península y Europa recientemente, que han sido tétricas, con temperaturas de más de 40 ºC, en el Archipiélago nos hemos librado de sus rigurosos efectos y las previsiones por lo menos apuntan a otros 10 días de “estabilidad”, según afirmó a DIARIO DE AVISOS el delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Canarias, Jesús Agüera. “Este año tenemos un verano más fresco de lo normal gracias a los alisios”, pero vaticinó que “el verano podría prolongarse hasta casi el mes de noviembre, ya que el otoño se va reduciendo cada vez más”.
“Llevamos un verano muy estable debido a la persistencia de la acción de los alisios, lo que nos ha salvado de las dos olas de calor tan importantes que han afectado a la Península y a Europa”, declaró a este periódico. Al ser cuestionado por las causas de esta estabilidad, que está dejando temperaturas frescas y jornadas de lloviznas, señaló que “la persistencia de bastantes días llegándonos las masas de aire asociadas a los vientos alisios, relativamente frescas, impide que venga el aire cálido de África”.
Sin embargo, Agüera reconoció que “no es tan raro este tiempo en las Islas en verano, y también suele ser común si nos fijamos en la situación geográfica en la que estamos. Hemos tenido un viento constante de entre 20 y 30 km/hora, con intensidades mayores en las zonas altas y los canales intermedios de las Islas que, mientras no varíe su intensidad o dirección, nos anulará la influencia del calor continental africano. Además, el anticiclón de las Azores, en la situación en la que está, también bloquea la llegada de borrascas, frentes, perturbaciones y otros cambios. Aunque todavía no hemos tenido durante el verano temperaturas de más de 30 ºC, salvo esporádicamente, todavía queda mucha estación por delante, el viento puede girar y empezarán a subir las temperaturas asociadas al viento del continente, que arrastrará calima”. Sin embargo, preguntado por la ausencia de precipitaciones notables, Agüera confirmó que “esta nubosidad, que es muy persistente en la zona baja y media del Norte, es de poco espesor, por lo que no trae mucha lluvia, y las pocas precipitaciones son débiles, dispersas y ocasionales”.
Un año algo extraño
Para el responsable de la Aemet en Canarias, “este año está siendo un poquito extraño”. “El año pasado tuvimos los seis primeros meses de continuas llegadas de borrascas y frentes, lluvias, mal tiempo y frío, y este año ha sido todo lo contrario, con muy pocas novedades en el invierno, la primavera y lo que llevamos de verano. Seguro que llegará el calor a las Islas, ya que es muy difícil que nos libremos de las entradas de aire africano”.
En este punto, el responsable de la Aemet en Canarias vaticinó que, como en los últimos años, el verano se alargará hasta octubre. “Es otra opción, ya que en los últimos años los meses de septiembre y octubre se pueden considerar casi una prolongación del verano. Sin duda, el otoño se va reduciendo cada vez más y recluyendo en noviembre.”
Descenso de lluvias
Debido a que las precipitaciones tampoco están siendo muy abundantes, la sensación de sequía y falta de lluvias preocupa a la sociedad canaria. El responsable de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) confirmó este hecho. “Estamos por debajo de la media y cuando finalice el año hidrológico, que va desde el 1 de octubre de 2018 al 30 de septiembre del actual, con lo que queda por completar (que no son meses de precipitaciones intensas), estaremos el 20% por debajo, aproximadamente, de la media de lluvia acumulada en las Islas. Sin embargo, la lluvia está desigualmente repartida, en las medianías-altas de las Islas centrales están por encima de la media, pero en la mayoría de las zonas, sobre todo en el sur de las Islas, las precipitaciones están muy bajas. Será difícil arreglar el déficit, ya que los últimos otoños tampoco han sido prolíficos en lluvias, y solo nos ha llegado alguna borrasca en noviembre”.
Cuestionado por los últimos episodios de niebla en el aeropuerto de Los Rodeos, para Jesús Agüera la problemática de esa zona es muy conocida. “Los problemas de visibilidad son persistentes y se acentúan a primeras y últimas horas del día por el enfriamiento, y así se forman más nieblas cercanas al suelo, o bien por la nubosidad más persistente. Las nubes en esa zona tienen una base entre los 400 y 700 metros de altitud, que es la ubicación de Los Rodeos. La altura y la llegada de nubes, bien por la la acumulación o por el alisio, hacen que siempre tendremos esa presencia que se traduce en nieblas”, finalizó.