
Para el escritor y confeso galdosiano José Esteban, la literatura de Benito Pérez Galdós “nos enseñó a ser españoles”. Esta fue una de las afirmaciones que se dijeron en la mesa de debate que, bajo el título de Galdós en la literatura propia. Unanimidades y disidencias, intentó poner en su lugar al autor de Fortunata y Jacinta, en el II Festival Hispanoamericano de Escritores.
Junto a José Esteban intervinieron también el escritor y cineasta Manuel Gutiérrez Aragón, la profesora emérita y catedrática por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Yolanda Arencibia, la escritora Fátima Martín, y el escritor y periodista Santiago Gil, autor, entre otras novelas, de El gran amor de Galdós, libro en el que relata el primer y frustrado amor que vivió el escritor, “Benito, antes de ser don Benito, cuando apenas era un adolescente en su ciudad natal con su prima cubana Sisita”. El debate estuvo moderado por el profesor Domingo Luis Hernández.
Durante la charla, Manuel Gutiérrez Aragón destacó que en el fondo de las obras del escritor “late el melodrama” y resaltó que se trata de uno de los autores españoles más adaptados al cine, entre otros por Luis Buñuel, si bien recordó que la Generación del 27 no terminó de reconocerlo públicamente aunque elogiara sus obras en privado. Tanto, que el poeta Luis Cernuda escribió que “España la quiero por ti”, recordó José Esteban, quien es autor de varios libros de temática galdosiana como La cocina de Galdós y Galdós en La Mancha, donde reivindica una literatura que “huele a cocido” y la enorme influencia que dejó Miguel de Cervantes en las trayectoria literaria del autor de Doctor Centeno.
La catedrática Yolanda Arencibia explicó que su flechazo por Galdós comenzó siendo muy joven, y que algo del carácter de la ciudad en la que nació y que abandonó siendo apenas un adolescente impregnó su posterior carrera como literato en la capital de España, donde se convirtió en su gran cronista no solo a través de sus novelas, sino también a través de sus obras de teatro. Destacó además el espíritu viajero de un escritor en una España en la que no era habitual viajar el extranjero.
Durante el día de ayer, el festival homenajeó al poeta palmero Félix Francisco Casanova, un brillante joven que deslumbró al mundo de la poesía con una obra muy temprana de altísima calidad y que dejó una impronta difícilmente superable que le valió el apodo del Rimbaud canario.
El II Festival Hispanoamericano de Escritores es una iniciativa de la Cátedra Vargas Llosa, el Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane y el Cabildo Insular de La Palma, con la colaboración del Instituto Cervantes, la Fundación Universidad de Guadalajara y el programa Canarias Crea Canarias del Gobierno de Canarias.