polideportivo

Raúl Pérez, el orgulloso escudero de una leyenda

El deportista portuense juega el World Padel Tour junto al madrileño Willy Lahoz, uno de los mejores especialistas de la historia
Willy Lahoz y Raúl Pérez, antes de uno de sus compromisos en el World Padel Tour. DA
Willy Lahoz y Raúl Pérez, antes de uno de sus compromisos en el World Padel Tour. DA
Willy Lahoz y Raúl Pérez, antes de uno de sus compromisos en el World Padel Tour. DA

Mirar hacia la izquierda y ver a Willy Lahoz compartiendo el mismo lado de tu pista no es algo que esté al alcance de muchos. El madrileño es uno de los mejores jugadores de la historia del pádel, posiblemente el de más talento y seguramente el de mejor palmarés.

Raúl Pérez puede presumir de mirar hacia su izquierda y ver que su compañero es un hombre que ha sido varias veces campeón del mundo por parejas y por selecciones y que en un sinfín de ocasiones se proclamó campeón de España.

Lahoz lleva años despidiéndose del pádel al más alto nivel. En 2012 parecía que esa sería su última campaña en activo, pero siguió, pese a haber cumplido los 41 años. En 2015, cuando el físico no caminaba al mismo tiempo que el talento y se avecinaba el adiós definitivo, Lahoz se juntó con Fernando Belasteguín por la lesión de Pablo Lima para ganar dos torneos seguidos del WPT, entre ellos el único que se ha celebrado en La Palma.

Precisamente es un portuense el que ocupa el lugar de escudero de Lahoz desde comienzos de septiembre. “Es un premio que estoy disfrutando después de tantos años jugando al pádel”, señalaba un más que orgulloso Raúl Pérez, que reconocía que “el circuito ha cambiado mucho, las parejas cada vez son más físicas y eso iguala los partidos”.

Lahoz (48) y Pérez (40) forman una dupla que suma 88 años entre los dos, pero han encontrado la fórmula para que esos años no se noten sobre la pista. “Hablamos mucho y nos entendemos bien y los dos tenemos muchas ganas de competir y de hacerlo bien”, explicaba Pérez, que también desvelaba que juntarse con Lahoz le ha obligado a trabajar mucho más, si cabe, dentro y fuera de la pista. Y es que no todos los días se puede jugar junto a una leyenda.

TE PUEDE INTERESAR