Dieciocho años después de su estreno en el fútbol de élite llega la hora del adiós. Vitolo no cuelga las botas, seguirá disfrutando de su pasión en las filas del Santa Úrsula, en Tercera División, pero sí deja atrás el profesionalismo para empezar a enfocar su vida hacia el siguiente paso, el de los banquillos.
Después de su experiencia del curso pasado en Cartagena, donde se quedó a un paso del ascenso a la Segunda División con el cuadro blanquinegro, el de Valleseco cambia el registro para jugar, al menos durante dos años, en el equipo norteño donde también tendrá a un conjunto de las categorías inferiores a su cargo.
Es la mejor forma de realizar esa transición tras tantos años de sólida carrera futbolística donde formó parte de una importante generación del fútbol español que se empezó a forjar en las categorías inferiores del combinado nacional. Allí, de la mano de Iñaki Sáez, se hicieron hombres jugadores como un tal Andrés Iniesta, o el mismo Sergio Ramos, David Silva, Sergio García, Juanfran, Moyá y el malogrado Dani Jarque.
Cuatro años más tarde, la base de ese equipo se proclamaría campeona de Europa absoluta en Austria, seis años después llegaría el Campeonato del Mundo en Sudáfrica y luego, en 2012, una nueva Eurocopa.
“La vida es cíclica, con etapas que terminan y otras que comienzan”, empezaba diciendo ayer en su comunicado oficial el futbolista tinerfeño. Una de esas etapas le llevó a debutar con el primer equipo del CD Tenerife un 16 de septiembre de 2001, en el Heliodoro Rodríguez López, con una victoria (2-0) ante el Villarreal.
Curiosamente fue Pepe Mel, el técnico de la UD Las Palmas, rival del club que lleva tatuado en su piel este próximo sábado, el que le dio la oportunidad de saltar al campo en aquel minuto 77 de un partido que Bruno Marioni había liquidado con dos aciertos.
Vitolo estuvo a buen nivel, se juntó con el portugués Bino en el centro del campo y asistió en varias ocasiones al Bichi Fuertes. Esa fue la primera de sus lecciones como blanquiazul, la segunda llegó en la sala de prensa. “Me siento tan jugador en este equipo como en el juvenil”, dijo el de Valleseco.
Ayer, en el día de su despedida del fútbol profesional se mostró como siempre, agradecido y humilde. “Seguiré, si Dios quiere, disfrutando desde el verde, pero en un fútbol más de mis inicios, sin tanta repercusión y en los campos de mis Islas”, señalaba un hombre que renunció a todo por el fútbol y ahora renuncia al fútbol algo que no ha podido disfrutar al cien por cien en este tiempo, su familia.
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