la palma

Andrés Acosta vuelve a sus orígenes con ‘Awara’, una colección de moda sostenible

El diseñador palmero, que ha vestido a famosas como Cristina Pedroche o Paris Hilton, se inspiró en la “esencia salvaje” de la Isla
Exposición de la colección Awara en la Casa Massieu de Los Llanos de Aridane. D.T.
Exposición de la colección Awara en la Casa Massieu de Los Llanos de Aridane. D.T.

Si algo se puede decir de La Palma es que, a lo largo de su historia, ha dado cobijo a una ingente cantidad de artistas. No todos han sido foráneos, también muchos palmeros se han proyectado hacia el exterior. Y a través del programa Isla Bonita Moda, impulsado por el Cabildo, hemos desentrañado nuevos talentos que yacían ocultos bajo el manto del anonimato.

Quizá no sea el caso de Andrés Acosta, un palmero del barrio de Argual, en Los Llanos de Aridane, que ha llevado una carrera meteórica, plagada de éxitos. Sus diseños, en los que La Palma ha estado siempre presente, han llegado a las grandes pasarelas internacionales. Además, puede presumir de haber vestido a celebridades como Petra Nemcova, Tulin Sahin, Paris Hilton, Cara Alonso, Cristina Pedroche o Marta Ortiz.

Ayer, la Casa Massieu de Argual, su barrio, el lugar que le vio crecer, fue el escenario escogido para presentar su tercera colección, a la que ha puesto por nombre Awara, en reconocimiento a la tierra que, como diría la canción, “le vio nacer”. Un sesgo que ha marcado todas sus obras, incluida esta, la que categoriza “de consagración” de sí mismo como artista.

un creador

Desde muy pequeño, dijo Andrés Acosta durante el acto de presentación, “tenía claro que quería ser creador”. Una aspiración que, tomando como punto de partida su propio hogar, en el que creció “rodeado de mujeres habilidosas en la costura y en los tradicionales bordados en seda”, ha alcanzado. Aún habiendo envuelto en su manto creativo a modelos de las grandes pasarelas, afirma sentirse “un privilegiado por ser palmero”. Y a colación de ese orgullo que le embriaga, aseguró haber experimentado una llamada “a contactar con la esencia salvaje que aún corre por nuestras venas”. Un carácter que, para plasmar de forma adecuada, requería tomar como referentes a mujeres destacadas de la Isla, como Francisca de Gazmira o Guayafanta: “He pensado cómo podría vestirlas, decorar sus pieles”.

Posteriormente, el diseñador explicó el significado que tiene el singular sello ecológico que lleva su nueva colección. “La industria del textil es la segunda más contaminante del mundo, por detrás de la petrolífera”. Problemática de la que dijo ser consciente, ya que en ciudades como Nueva York o Estambul, en las que ha trabajado, no ha tenido “el privilegio de apreciar la vía láctea al nivel del mar”, facultad que sí posee el cielo de la Isla Bonita. De ahí que advierta: “Tenemos la suerte de tener este entorno maravilloso, pero también la obligación de respetarlo”.

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