El pasado 15 de octubre, la Guardia Costera italiana localizó una patera hundida a más de 60 metros de profundidad cerca de la costa de Lampedusa, en Italia, y a su alrededor se encontraron hasta 13 cuerpos humanos sin vida.
El barco, se especula, pudo hundirse la madrugada del pasado 7 de octubre en el Mediterráneo, cerca de la isla italiana, habitual destino de este tipo de embarcaciones y fue localizada tras varios días de incesante búsqueda. A su alrededor un dramático hallazgo: trece jóvenes subsaharianos sin vida, todos mujeres. Otras 22 personas sí lograron sobrevivir al naufragio.
Entre las víctimas se encontraba una mujer, protagonista de la más trágica escena: muerta abrazada a su bebé de pocos meses. “Tengo 52 años y una niña de dos y ver ese cuerpito en el fondo, al lado de la que probablemente era su madre, ha sido como un puñetazo en el estómago. Que hayan permanecido así juntos, nos hace pensar que lo mantuvo firmemente abrazado hasta el último momento”, explicó el jefe del equipo de buzos, Rodolfo Raiteri, en una entrevista a La Repubblica.
La ONG Open Arms ha denunciado la situación en su cuenta de Twitter, alegando que esta tragedia se podría haber evitado y que estas personas “buscaban una Europa en paz y les atrapó el fondo del mar”. Termina el tuit clamando “Malditos sean los verdugos. Ojalá no les deje dormir”.
Golpea la imagen, pero más duele saber que las decenas de vidas que junto a esta persona se hundieron en el fondo, podrían seguir vivas. Buscaban una Europa en paz y les atrapó el fondo del mar.
— Open Arms (@openarms_fund) October 16, 2019
Malditos sean los verdugos. Ojalá no les deje dormir. #Cadavidacuenta #Lampedusa pic.twitter.com/m4DPOUXBrw