callejero chicharrero

La del Castillo, la calle que bautizó el rey Alfonso XIII

La popular vía peatonal y comercial del centro de Santa Cruz de Tenerife se denominó con anterioridad calle Alfonso XIII (1906-1932) y calle Fermín Galán (1932-1936)
Imagen de la calle Castillo en el año 1901. DA
Imagen de la calle Castillo en el año 1901. DA
Imagen de la calle Castillo en el año 1901. DA

La calle Castillo, llamada así por la fortaleza construida en la orilla del mar en 1575, recibiría el nombre de Alfonso XIII, después de la visita que el monarca hizo al Archipiélago en 1906, nombre que perduraría hasta 1932, en que pasaría a denominarse Capitán Fermín Galán, militar español republicano, héroe del alzamiento de Jaca, fusilado en diciembre de 1930. A partir del 5 de octubre de 1936, la calle volvería a tomar el nombre por el que siempre ha sido conocida.

Su trazado rectilíneo comenzaba en la plaza del Castillo de San Cristóbal –plaza de La Candelaria-, en 1750 llegaba hasta la calle del Norte -Valentín Sanz-, y cien años más tarde se prolongaría hasta la calle Corazón de Jesús, actual Teobaldo Power. No sería hasta el 25 de julio de 1875, trescientos años después de su inicio, cuando se lograba enlazar con la plaza del Hospital Militar -plaza Weyler-.

Para poder llevar a cabo esta última prolongación, en 1873 hubo que expropiar a los propietarios de las huertas y eriales que en aquel sector habían construido sus viviendas a libre albedrío. Como el Ayuntamiento no disponía de liquidez, solicitó a los comerciantes de Santa Cruz que hicieran un anticipo del impuesto de Consumo, por un montante de 21.500 pesetas, con el 6% de interés, reintegrable por décimas partes. A la cuantía obtenida, se le añadiría lo obtenido en la subasta de los materiales de las casas expropiadas, así como, el importe de los solares que resultaron sobrantes en la nueva prolongación de la calle.

La solemne inauguración del enlace de la calle Castillo con la plaza de Weyler, tuvo lugar el 25 de julio de 1875. Al final de esta nueva calle, el Ayuntamiento instalaría un “árbol de faroles”, valorado en 500 pesetas.

En junio de 1874, en los solares obtenidos por la citada ampliación, la Sociedad Constructora de Edificios Urbanos proyectó tres edificios que aún se conservan; de ellos, destaca la “casa del Barco”, situada en la esquina con la calle Robayna; vivienda en la que se ubicaría la gerencia de la citada Sociedad y, en 1908, se inauguraría el Hotel Olsen´s Alexandra y la sede de la consignataria de buques Olsen.

En la esquina con la calle Robayna, la firma inglesa Elder Dempster y Cía, dedicada a la exportación de frutos y a la consignación de buques, construyó en 1903 un magnífico edificio, obra del arquitecto Antonio Pintor, quién también diseñaría las fastuosas puertas modernistas, talladas por los hermanos José y Tomás Ruiz, quienes realizaron los trabajos de cantería.

La calle Castillo fue durante muchos años la calle más comercial y concurrida de Santa Cruz, pues era paso obligado para resolver los diferentes asuntos de interés ciudadano, al haberse establecido en ella las principales entidades bancarias, farmacias, tiendas, etcétera.

En la esquina con Juan Padrón tendría su sede el Cabildo de Tenerife, desde 1914 a 1940, y se instalaron la sociedad filarmónica Santa Cecilia, el Gabinete Instructivo, el Círculo de Bellas Artes, Círculo Mercantil, etcétera.

Desde principios del siglo XX, por ella transitaba el tranvía y los automóviles, en sentido ascendente.
Por Real Cédula de 25 de julio de 1575, firmada por Felipe II, se mandó levantar una gran fortaleza en el puerto de Santa Cruz, para sustituir al que llamaban Cubilete Viejo.

Castillo de San Cristóbal

En diciembre de ese mismo año se inició su construcción, al Norte de la caleta de Blas Díaz, entre esta y la playa que después se llamó de la Alameda, en el lugar que actualmente se ubica la Plaza de España. Las obras finalizarían en 1579.

El Castillo de San Cristóbal formaba una fortificación regular adaptada al terreno, situación y defensa. Tenía forma de un cuadrado amurallado, de 53 por 50 metros. El frente que daba a la plaza poseía dos murallas de 8,3 m de alto, con sus aspilleras para fusilería, y delante de este muro existía otro de pequeña altura que estaba guarnecido con estabas. El frente marítimo, batido por la mar hasta su mitad, estaba montado sobre rocas salientes y, a pesar de los años, su sillería se hallaba en perfecto estado en 1928, fecha de su demolición.

Tomó parte en las acciones de guerra enfrentándose a la escuadra de Blacke, el 30 de abril de 1657; contra Jennings, el 6 de noviembre de 1706; y frente a Nelson, el 25 de julio de 1797. De esta última, cuentan las crónicas que esa noche, y por iniciativa del teniente Grandy, se abrió una tronera por el costado del baluarte que daba a la inmediata playa, ya que estaba indefensa, y en ella colocaron al cañón El Tigre, el cual ha pasado a la historia por ser el que hirió en el brazo derecho al Contralmirante Nelson en el momento en que este iba a poner pie en la playa.

El Castillo pertenecía al Cabildo de San Cristóbal de La Laguna, de la cual recibió su nombre, y por tanto pagaba las obras, costeaba el sueldo de la guarnición  (un capitán, un teniente,  un sargento y treinta y cinco artilleros), los gastos de la artillería (10 cañones) y las municiones; por todo ello, tenía la facultad de nombrar Castellano o Alcaide, categoría militar que poseía las atribuciones de otorgar las licencias de entrada o salida de los navíos y dirigir la policía del puerto.
El castillo de San Cristóbal fue residencia del Capitán General, desde 1723 hasta 1732, y sede del Gobierno Militar, desde 1859 a 1926,  año en que se le permutó al Ayuntamiento por otros edificios.

En su azotea se encontraba la campana con la que se tocaba “a rebato”, así como los palos asta-banderas para señalar la entrada de los buques al Puerto, repitiendo las señales que le enviaba el vigía de Anaga.

Los restos del Castillo salieron al descubierto en junio de 2006, durante las obras de remodelación de la Plaza de España. Ante la importancia histórica del hallazgo, y con el fin de que los citados restos se pudieran visitar, al proyecto original se le incorporó una galería subterránea que se abrió al público el 24 de julio de 2008.

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