despuÉs del paréntesis

Caos democrático

Se le afeó a Clint Eastwood que no participara en la campaña electoral de Donald Trump. ¿Un autor que dio a la pantalla Sin perdón, Million Dollar Baby, Mistic River o Cartas de Iwo Jima en semejante situación? Lo hizo, por una razón: es republicano. Cuando en Alemana se programó un gran gobierno, el asunto fue acotar qué es el SPD y qué la social democracia contraria. En España ese rumbo es irrealizable. Pacto sí, dijo Aznar, pero con condiciones; y el PSOE, dadas las circunstancias, no se mueve. Lo vimos en Cataluña: por el independentismo, la confusión entre la derecha más derecha (lo que fue Convergencia y Unión) y lo que se nombra izquierda (ERC). Se dirá sorprendente y es verdad. Actuaciones funestas, como cerrar la acción parlamentaria solo a los señalados.
Pero el caso más prodigioso de toda labor de partidos en la historia de la humanidad lo protagonizó Ciudadanos. No hay precedentes. Una formación parte del empuje logrado en su lugar de nacimiento, se asienta en el Estado con índices de crecimiento fabulosos y pierde en pocos meses 47 de los 57 escaños ganados. ¿Por qué? La gente se percató de que sus fundamentos son cínicos. No fueron socialdemócratas, tras de sí se oculta la derecha más radical. Así que pasaron de ser copartícipes de un gobierno de centro izquierda con el PSOE a negar cualquier alianza con ellos antes de las elecciones. El espectro estaba decidido, por eso los acuerdos con la ultraderecha. De manera que los votos del PP volvieron al PP, los de los ultras también y ni uno solo progresista.
Ahora espera la segunda de a bordo, Arrimadas, para la reconstrucción. Cuenta con ejecutiva a favor. Los críticos pueden volver, señaló; no todos. Dice que no quiere más experimentos. ¿Qué es experimento, mostrar lo que en verdad ideológicamente son? ¿Vuelta al principio? Se adelantó hace unos días: la petición a Sánchez de que el gobierno previsto fuera PSOE, PP y Cs, es decir, no se suman a la coalición progresista que se prepara; vuelven a buscar el retroceso socialista hasta su factor. De modo que Madrid, Murcia, Castilla León… continuarán igual. No gobiernan los más votados, copan las instituciones los que perdieron y ya sabemos por qué. Lo cual concede valor a ese juego típicamente español: ser por conveniencia y no por convicción. Por eso los votantes han puesto en su lugar a los políticos y a la política, sin remisión.
Es decir, Arrimadas lo logrará: Rivera disparó el tiro a la cabeza, ella pagará el entierro.

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