la palma

Jerónimo Saavedra, Colegiado de Honor de los abogados palmeros

También recibió el mismo reconocimiento José Luis Ibáñez, quien fuera secretario general del Cabildo, y que consagró 30 años de su vida a la institución
José Luis Ibáñez, José Antonio Rodríguez Díaz y Jerónimo Saavedra. DA

Este viernes, en el transcurso de un acto solemne y cargado de emoción, el expresidente canario Jerónimo Saavedra recibía la máxima distinción del Colegio de Abogados de La Palma, por ser considerado “digno de total admiración” según la Junta de Gobierno del citado órgano, máximo representante de los juristas en la Isla Bonita. Junto al histórico político socialista y doctor en Derecho, era receptor del mismo título José Luis Ibáñez Modrego, letrado que hasta diciembre del pasado año desempeñó el cargo de secretario general del Cabildo, y que, durante tres décadas, trabajó al servicio de la primera corporación palmera.

Así, ante la presencia de multitud de autoridades insulares y regionales, ambos se han convertido en “colegiados de honor” del gremio judicial isleño. Un reconocimiento del que se les hizo entrega en el Palacio Salazar de Santa Cruz, y que, entiende el decano del organismo otorgante, José Antonio Rodríguez Rodríguez, da respuesta a los “innumerables y sobresalientes méritos” que los homenajeados han desarrollado en el ejercicio de la profesión.

Por otro lado, en el marco de la misma sesión, se hacía mención especial al jurista aridanense José Antonio Rodríguez Díaz por su “medio siglo de intachable ejercicio profesional de la abogacía”. Un momento con fuerte carga emocional, pues el titular del Colegio debía homenajear a su propio progenitor. “Queridísimo compañero, queridísimo padre”, dijo. La concesión del galardón es el “agradecimiento público que tanto te mereces, pues hoy nuevamente, y más que nunca, vienes a ser referente”, aseguró un visiblemente orgulloso hijo.

APUESTAS DE FUTURO

“Cierta nostalgia y gratas evocaciones” pasaban fugazmente por la cabeza del decano, al tener la “suerte” de presidir el acto de jura de tres nuevos miembros del colectivo judicial, que, a partir de entonces, explicó, asumirían “la noble tarea de ejercer la abogacía en defensa del interés de sus futuros clientes”. A los mismo, les deseó “los mejores éxitos y aciertos” en el camino que comenzarían a emprender. “La abogacía joven constituye el aseguramiento de la continuidad en la defensa de los derechos de los ciudadanos”, concluyó”.

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