Una mujer de 30 años y natural de Reino Unido pasó por un auténtico calvario el año pasado, cuando se sometió a una operación ginecológica en el hospital de Yeovil. La intervención requería la administración de anestesia general y no el anestésico espinal que se le suministro “por error”, según informó Antena 3.
La paciente comenzó a gritar del dolor que sentía. Sobre todo, cuando el cirujano empezó a cortarle el ombligo. “tenía puesta una máscara de oxígeno y también había una cortina de separación. Luego me colocaron un laparoscopio y estaba agonizando. El remate fue cuando mi abdomen se llenó de gas”, detalló.
Algo ocurría con la anestesia y ella lo sabía. Poco después, las pulsaciones de la mujer se dispararon, pero el equipo médico siguió a lo suyo.
La mujer ha sufrido estrés postaraumático a consecuencia de la fatídica operación, además de las pesadillas que la despiertan “al menos tres veces por semana”.