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El volumen de residuos que genera la Isla obliga a proyectar una nueva celda en Mendo

Hernández Zapata anuncia esta medida, que se adoptará tras la ampliación de la instalación actual, mientras la consejera del área refuerza el mensaje de la concienciación
Esta imagen es habitual en una isla Reserva Mundial de la Biosfera. | DA

El avance experimentado durante el año 2019 en el tratamiento de residuos en La Palma y de forma sostenible, no ha podido evitar que el Cabildo haya contratado las obras de ampliación de la única celda de vertido a donde cada día van a parar varia toneladas de basuras que los palmeros, siguen sin clasificar. Pero no solo eso, el titular de la institución insular, Mariano Hernández Zapata, anunció en el último pleno de la corporación que durante este mandato, y un plazo de unos tres años, tendrá que estar formalizada la adquisición de terrenos y la construcción de la celda de vertidos que la conejera del área, Nieves Rosa Arroyo, querría evitar en su objetivo de cumplir con las exigencias de la Unión Europea en esta materia.

El mensaje es claro: Nieves Rosa Arroyo no quiere que se trasmita a la población la idea de que la ampliación y construcción de nuevas celdas de vertido, evita la responsabilidad de un correcto tratamiento de las basuras por parte de cada uno de los vecinos de una isla que es Reserva Mundial de la Biosfera y que lleva años avanzado, tímidamente, en una mayor concienciación sobre el correcto tratamiento de las basuras.
Los datos oficiales del Consorcio de Servicios de La Palma, el 2019 se recogieron 615 toneladas de biorresiduos a través de los contenedores marrones situados en los municipios de El Paso, Fuencaliente, Los Llanos de Aridane y Villa y Puerto de Tazacorte. Esta cifra supone un incremento del 27% de la recogida selectiva de residuos orgánicos con respecto a 2018, año en el que se contabilizaron 486 toneladas. El reto es invertir en la colocación de ese tipo de contenedores en todos y cada uno de los municipios palmeros. Los biorresiduos son aquellos residuos orgánicos de origen animal o vegetal, crudos o cocinados, tales como cáscaras de huevo, fruta o marisco, restos de comida, servilletas de papel manchadas de comida, posos de café o bolsitas de té, entre otros.

Según los datos del Consorcio de Servicios, agosto fue el mes en el que se produjo una mayor separación de residuos orgánicos con un volumen de recogida de 65 toneladas, seguido del mes de diciembre, donde se recolectaron 57 toneladas a través de los contenedores marrones, mientras que febrero se sitúa a la cola del ranking, con 42 toneladas. La localidad en la que más aumentó la recogida de residuos orgánicos fue Mazo.

La Palma Orgánica o las sanciones de la Unión Europea

El Cabildo quiere dar un impulso decidido al programa estratégico para la gestión de residuos orgánicos domésticos. Nieves Rosa Arroyo, también al frente del área de Cambio Climático y en estrecha colaboración con ADER, ha contado con el especialista Ramón Plana para alcanzar nuevos objetivos y evitar las sanciones de la Unión Europea por el incumplimiento de la normativa en una materia especialmente sensible.
Arroyo, acompañada por Plana y representantes técnicos de la institución y de ADER, describió esta semana las líneas de este programa que busca “atajar los residuos domésticos mezclados”, principal fuente de vertidos. La fracción orgánica de los residuos urbanos supone el 32% en masa de los residuos urbanos que se generaron en la isla de La Palma en 2018. La consejera hace un llamamiento a la implicación de la ciudadanía en este proceso. “Sin la participación de todos, no vamos a poder avanzar”, ha reiterado.

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