política

Francisco Vázquez: “El consenso fue un logro en la historia endemoniada de España”

“Este PSOE es un partido distinto, okupado por unas personas que se han quedado con las siglas”
Francisco Vázquez. Fran Pallero
Francisco Vázquez. Fran Pallero
Francisco Vázquez. Fran Pallero

Socialdemócrata, liberal y católico, Francisco Vázquez ha sido un referente del PSOE durante mucho tiempo: diputado constituyente y en las seis legislaturas posteriores, senador, alcalde de La Coruña, presidente de la federación de municipios y provincias (FEMP), líder del partido en Galicia tres veces… El exembajador de España ante la Santa Sede no comulga con ruedas de molino. Por eso, se bajó del carro que lo llevaba por el camino de la amargura. Ha pronunciado en el Real Casino de Tenerife la conferencia Elogio de la transición, presentada por Eligio Hernández. En esta entrevista lo acompaña su amigo Alfonso Soriano Benítez de Lugo, de la UCD.

-Elogio rima con Eligio, que fue fiscal general del Estado. ¿Qué le sugiere el nombramiento de Dolores Delgado, ministra de Justicia y diputada del PSOE en los días previos?
“Evidentemente, es un nombramiento que no responde a una visión de respeto hacia la autonomía y la independencia del poder judicial y de la propia Fiscalía General del Estado. Considero que designar como fiscal general del Estado a quien ha sido hasta ahora ministra de Justicia no cumple los requisitos de imparcialidad y objetividad, al margen de la persona”.

-El vicepresidente segundo se estrenó con polémica. Se ha llevado un tirón de orejas del Consejo General del Poder Judicial…
“Es una estrategia. Tenemos que empezar a darnos cuenta de que este es un Gobierno con un componente ideológico muy fuerte. Busca un modelo político que a mí me preocupa, como el elemento populista de control de la justicia. Se trata de un movimiento, en el que quien da la cara es Pablo Iglesias, tendente a provocar con rapidez un cambio en la cúpula del poder judicial, que está en funciones en estos momentos. Lo que hay, por lo tanto, es una manifestación del objetivo de controlar el poder judicial, que es el primer paso de partidos del corte de Podemos”.

-¿Por qué ese presunto intento de colocar a personas afines para orientar la justicia hacia sus propios fines?
“Los pactos existentes con los grupos independentistas exigen posicionamientos muy discutibles y muy complicados por parte de la justicia, tanto de los jueces como de los fiscales, de los tribunales españoles, a la hora de interpretar la ley. Me refiero a la posibilidad de indultos, permisos, las inmunidades de los políticos autonómicos…”.

-De prometer devolver el referéndum ilegal al Código Penal a suavizar la sedición como método de seducción…
“No es improvisado”.

-Antes de las elecciones del 10 de noviembre, Pedro Sánchez topó con Pablo Iglesias. Ahora predican juntos en la capilla del Consejo de Ministros…
“Ambos se han autoprotegido. Han sido dos dirigentes derrotados en las últimas elecciones. Sánchez perdió más de 700.000 votos y tres escaños. Con el pacto, en cuestión de horas, evitaron tener que dar explicaciones en el seno de sus respectivos partidos. Se eximieron de cualquier tipo de responsabilidad por lo que fue un retroceso electoral. Y, por otro lado, cerraron el paso a cualquier oferta de acuerdo con el centro-derecha. Si en estas últimas elecciones, el señor Sánchez anuncia que va a gobernar con Podemos y el apoyo parlamentario de Bildu y de Esquerra Republicana, hubiera sacado veinte o treinta escaños. Estamos ante un fraude electoral de una magnitud tremenda desde el punto de vista político e ideológico. Y un fraude para muchos miles de votantes socialistas de buena fe”.

-Tras la renuncia de Josep Borrell, presionado por el escándalo de dos excolaboradores suyos en Hacienda, Joaquín Almunia firmó un pacto preelectoral con Izquierda Unida para formar “un Gobierno de progreso” tras las generales del año 2000. La federación de izquierdas accedió a no concurrir al Congreso en las 34 provincias donde nunca había logrado representación. El candidato del Partido Socialista se pegó un batacazo antológico…
“El coordinador de Izquierda unida era [Francisco] Frutos. Me acuerdo de que, como alcalde de La Coruña, dije que habíamos hecho un hombre de Frutos. Fui contrario a aquel pacto”.

-El compromiso de Paco Frutos con la Constitución era, y lo sigue siendo, obvio…
“Nada tiene que ver el eurocomunismo de la transición con estos populistas, que representan lo contrario de lo que fue el PCE de [Santiago] Carrillo. En la transición, ese Partido Comunista defendió la reconciliación y el proceso constitucional. Estos de hoy son herederos de los grupos antisistema, que eran rupturistas. Rechazaron la Constitución porque entendían que la dictadura franquista debía ser sustituida por una castrista, soviética o maoísta. En la actualidad sería chavista. Esto es lo que hay que denunciar. De ahí, el título de mi conferencia: elogio de la transición. Yo defiendo unos valores que se están poniendo en entredicho para justificar los objetivos de Esquerra, de Bildu, del PNV o de Podemos y, desgraciadamente, del Partido Socialista”.

-¿Cuáles son?
“No son otros que la reforma de la Constitución, la fragmentación territorial de España, la asunción de situaciones de plurinacionalidad, que lo único que hacen es enmascarar privilegios, y un cambio profundo del sistema social de convivencia de los españoles”.

-¿Usted conserva el carné del PSOE de recuerdo o ya ni eso?
“No soy cotizante. Permanezco en las mismas ideas políticas que he venido defendiendo y en las que, de unos años para acá, ya no está el Partido Socialista Obrero Español como tal. Mi distanciamiento se produjo en la aplicación y desarrollo de la Ley de Memoria Histórica, que es una desautorización de todo lo que fue la conducta del PSOE en la transición. En mí provocó una desafección absoluta. Es un gran error pensar que lo que sucede en España es excepcional, porque no había mayoría. Ya pasó en Navarra, en Valencia, en Baleares… Hay una nueva estrategia del Partido Socialista, que plantea alianzas con grupos y partidos contrarios a la Constitución”.

-Ingresó en el PSOE y en la UGT en 1975; todavía en la clandestinidad… En el presente, ¿hay muchos socialistas proscritos?
“Sí. Es un partido totalmente distinto, okupado por unas personas que no comparten el ideario ni hacen suya la historia del Partido Socialista Obrero Español. Quedan unas siglas muy provechosas”.

-¿La participación interna tutelada es una demorragia, que desangra a la organización por unas heridas mal curadas?
“Las primarias son una fórmula de cesarismo totalitario. El sistema verdaderamente democrático es el representativo. El Partido Socialista tenía una serie de órganos intermedios que fiscalizaban y controlaban la acción de los dirigentes y ante las cuales respondían. Pedro Sánchez establece unas alianzas sin haber consultado siquiera con su comisión ejecutiva.

-¿A la militancia le faltó información en la votación para avalar la coalición con Podemos?
“El sí y el no es el sistema que tenían los comunistas o los referéndums franquistas del 101%. El líder y la masa”.

-Significados constituyentes suscribieron un documento para un gran pacto de Estado entre el PSOE, el PP y Ciudadanos…
“Hubo dos documentos paralelos, en los que se reflejaba la necesidad de que hubiera un diálogo y un acuerdo entre las fuerzas constitucionalistas. Lo que elogio de la transición no es solamente un proceso político. Elogio el espíritu de diálogo, de acuerdo, de generosidad, de renuncia, que tuvimos los políticos de aquella época; lo que se conoció como el consenso, que permitió que un país con la historia endemoniada de España de división, de conflictividad, se alcanzara un acuerdo en algo tan fundamental como la Constitución. Esos dos documentos llamaban a reproducir el clima de diálogo que hubo en la transición. Se ha seguido un camino a la inversa. Y no es exclusivamente culpa del Partido Socialista, aunque eso no nos consuela. No soy capaz de imaginar una situación más dramática que el momento presente”.

-¿Cabe imaginar, como han hecho algunos, que, después de la intentona golpista del 23-F de 1981, el partido del Gobierno hubiera enviado a alguien a la cárcel para negociar con Tejero?
“No solamente no se hizo eso, sino que un político que no ha sido tratado con la justicia que merece, Leopoldo Calvo-Sotelo, recurrió ante el Supremo la sentencia del Tribunal Superior de Justicia Militar, porque consideraba que era blanda, y se elevaron las penas: los golpistas fueron condenados a 30 años de cárcel. Hoy se negocia con personas que están en la cárcel condenadas en firme por un delito tan grave como el de sedición. Además, con una particularidad: no han pedido perdón y se reafirman en sus objetivos [se jactan de que volverán a hacer lo mismo], lo cual desvirtúa el indulto”.

-Lo de Cataluña no surgió por generación espontánea…
“Viene de un pacto que Pasqual Maragall suscribió en el Salón del Tinell, en Barcelona, con Esquerra Republicana y el PSUC [el partido comunista catalán]. Ahí, el Partido de los Socialistas de Cataluña [PSC] se compromete a no fraguar ningún acuerdo de gobierno con la derecha y el centro de ámbito español y a aceptar el concepto de plurinacionalidad. Tras [José] Montilla, el muñidor es [Miquel] Iceta. Lo de [Jordi] Pujol refleja la penitencia del gran pecado del PSOE, la UCD y el PP: la ausencia de entendimiento cuando carecían de mayoría y optaban por la vía fácil del pacto con los nacionalistas catalanes. Pujol avanzó en muy pocos años lo que para él era un planteamiento de décadas”.

-Como el PNV…
“No sé qué más pueden conseguir, porque no hay ninguna región de un Estado federal que tenga las competencias del País Vasco, que son las atribuciones fiscales absolutas. Las diputaciones ingresan y el Gobierno autonómico pacta [con la Administración General del Estado] los gastos comunes: el cupo”.

-No parece que sea de extrema izquierda…
“Es de extrema derecha, la herencia del carlismo [corriente política española tradicionalista y legitimista derivada del absolutismo surgido en la primera mitad del siglo XIX en oposición al liberalismo, el parlamentarismo y el secularismo]”.

-Como exembajador de España ante el Vaticano, ¿qué opinión tiene del libro de Robert Sarah sobre los dos papas?
“El cardenal Sarah, encajado en el sector más conservador, usó una carta de siete folios de Benedicto XVI. En un intercambio epistolar, le pide unas reflexiones sobre el celibato. El papa emérito le dice que no se las podía hacer teológicamente, sino a título personal. Los editores agarraron la carta y la metieron como un capítulo. Finalmente, Benedicto XVI retiró su nombre y la foto del libro. Hay mucha desinformación y un intento de descalificar a la Iglesia como institución, en la medida en que se habla de diferencias o desencuentros entre el papa anterior, Benedicto XVI, y Francisco. Benedicto XVI ha mantenido una postura de una corrección absoluta y de una elegancia suprema”.

-Caballero de la Orden del Imperio Británico. ¿A qué se debe el honor?
“Somos muy pocos españoles los que tenemos esta condecoración. A mí se me concedió porque La Coruña ha sido una ciudad estrechamente ligada a Inglaterra por la proximidad. Las relaciones comerciales se remontan a la Edad Media. El corsario Francis Drake atacó La Coruña, la Armada Invencible salió de La Coruña, los judíos escaparon en 1492 a Inglaterra… Yo impulsé mucho esa vinculación histórica, que también se produce en Canarias. En los carnavales dio mucho juego. A las murgas les sirvió para gastarme bromas”.

-¿Y el brexit qué?
“Es un error que les va a proporcionar grandes problemas. Está determinado un poco por ese distanciamiento de la euroburocracia. Ellos tienen una relación muy privilegiada con Estados Unidos. Los británicos han partido de la idea de que ellos son, lo decía el premier [Maurice] Harold Macmillan, la Atenas de Roma. Trump ha alentado a Johnson…”.

-No es discípulo de Winston Churchill, por mucho que haya escrito una biografía suya…
“Ni por asomo es comparable, tampoco, a Margaret Thatcher. Dios los cría [Trump y Johnson] y ellos se juntan”.

-¿Socialdemócrata y liberal?
“Eso lo decía Indalecio Prieto: ‘Soy socialista a fuer de liberal’. En los comienzos del socialismo, el gran debate era si el Estado de alguna manera se rogaba los derechos de las personas, la supresión de la libertad”.

Francisco Vázquez, en el Real Casino de Tenerife. Fran Pallero
Francisco Vázquez, en el Real Casino de Tenerife. Fran Pallero

“La diversidad no debería suponer desigualdad en derechos ni en el tratamiento”

Paco Vázquez es abogado e inspector de trabajo en excedencia. Cursó el Bachillerato en el colegio de los Hermanos Maristas de La Coruña y estudió Derecho en Madrid. A mediados de los setenta regresó a su ciudad natal y entró en contacto con el socialismo. Se afilió al PSOE y a la UGT cuando ambas organizaciones hermanas eran ilegales. Al acabar la carrera se le pasó por la cabeza trasladarse a Canarias, pero su familia le regañó: “¡Cómo te vas a ir si tienes plaza al lado de casa!”. No se ha olvidado de los “encantos” de esta región, al margen de “los problemas derivados de la insularidad”. Sin ser el factor que más le atraía, bromea sobre lo que costaba un güisqui: “Cinco pesetas, casi veinte de diferencia. ¡Claro, así a mis amigos les gustaba tanto venir! Y por el plus de residencia y el coche. ¡Lo que te ahorrabas en impuestos!”. A pesar de la distancia, siente la cercanía: “Esa diversidad no debería suponer desigualdad en derechos ni en el tratamiento”.

TE PUEDE INTERESAR