la palma

La comunidad científica internacional debate sobre los problemas con el TMT en Hawái

La presidenta de la Sociedad Norteamericana de Astronomía sostiene que el debate va más allá de lo que algunos consideran un territorio “sagrado”
El Centro de Convenciones de Hawái acoge la celebración del 235 aniversario de la AAS.
El Centro de Convenciones de Hawái acoge la celebración del 235 aniversario de la AAS. DA

En torno a 3.400 miembros de la organización de astrónomos profesionales más grande de Norteamérica, la AAS, se han dado cita, desde el pasado sábado y hasta mañana, en el Centro de Convenciones de Hawái. Un evento que, conmemorando el 235 aniversario de la entidad, ha contado con amplia representación de la comunidad científica internacional, y que se celebra en el “sitio preferido” del grupo que promueve la instalación del Telescopio de Treinta Metros (TMT por sus siglas en inglés), instrumento óptico al que también aspira La Palma.

A lo largo de estos días, han tenido lugar distintas conferencias para debatir sobre la problemática que encerraría la posible implantación del aparato de observación en las cumbres de la isla del Pacífico. Sobre todo, por la oposición que ha mostrado la comunidad nativa a la construcción del telescopio en el monte de Mauna Kea, territorio que consideran “sagrado”. Entre las charlas, se ha podido escuchar el relato de, por ejemplo, Amber Imai-Hong, una joven ingeniera hawaiana: “El TMT permitirá que las futuras generaciones de astrónomos y científicos locales hagan increíbles descubrimientos”, sostiene.

Sin embargo, para Megan Donahue, presidenta de la AAS y profesora de Física en la Universidad de Michigan, el conflicto trasciende más allá de una atribución sacra al emplazamiento escogido por el consorcio internacional del telescopio. “Es también el maltrato histórico a los pueblos indígenas, la economía de las islas y muchos otros temas complejos e interrelacionados”, afirma. Por ello, entiende que se trata de una buena oportunidad para abordar el problema desde diferentes perspectivas.

De igual manera, Donahue se muestra esperanzada con la idea de que pueda alcanzarse “un resultado pacífico que brinde a los hawaianos y al resto de habitantes de la Tierra una nueva y extraordinaria visión de nuestro universo”. La científica entiende, además, que “podemos y debemos apoyar su derecho [de los opositores] a no estar de acuerdo con el TMT, aunque nosotros pensemos lo contrario”.

Por su parte, los grupos detractores han aprovechado la ocasión para realizar publicaciones en redes sociales mostrando historias como la de Christina Manzano, astrónoma de la Universidad de California que ha expresado en varias ocasiones su solidaridad con las protestas. “Elegí esta profesión porque el objetivo no es ganar dinero, la meta es explorar respetando sitios como Mauna Kea”, dijo.

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