
Pinos canarios, verodes y tajinastes protagonizan, desde ayer, la nueva fachada del Centro Atlántico de la Juventud. Este espacio, perteneciente al Gobierno de Canarias, se llenó de vida y color gracias al grupo multidisciplinar Boa Mistura, en una iniciativa promovida por la directora general de Juventud, Laura Fuentes, quien quiso dejar atrás años de “muros grises e invisibilización” para dar paso a un centro que sirva como “espacio de encuentro e intercambio” entre los jóvenes de Canarias.
Los trabajos que llenaron de tonalidades rojas, naranjas, verdes y amarillas una casa canaria de mil metros cuadrados ubicada en la Calle Wenceslao Yanes González, número 17, en La Laguna, comenzaron hace dos semanas. Como tiene por costumbre Boa Mistura, primero se llevó a cabo un proceso participativo en el que más de 500 personas decidieron qué debía representar el mural. En la votación, según cuenta el integrante del grupo Pablo Purón, se reflejó que la flora endémica de Tenerife es “lo que más orgulloso hace sentir a sus habitantes”.
Para llegar a los recovecos del edificio, los artífices de la obra necesitaron grúas, pinceles atados a palos y todo tipo de artilugios. En la gestión burocrática para garantizar las medidas de seguridad del proyecto participó el Ayuntamiento de La Laguna, cuyo concejal de Educación, Juventud y Desarrollo Local, Alberto Cañete, aseguró que la obra permitirá “el redescubrimiento de este edificio que, pese a llevar muchísimos años funcionando, era completamente desconocido por parte de los jóvenes canarios”.
Implicación social
Laura Fuentes pensó en traer a Canarias a Boa Mistura para que el grupo sirviera de ejemplo a los artistas canarios que “desarrollan murales de forma ilegal” y a los que debe darse espacio para que “den vida y color a nuestras calles y edificios”. De hecho, estos artistas urbanos se unieron en Madrid en el año 2001, tras conocerse mientras realizaban grafittis de forma clandestina. Desde entonces, han plasmado su pasión por el arte en numerosos países del mundo como Sudáfrica, Brasil, México, Argelia o EE.UU.
Para implicar a los jóvenes canarios en la transformación del Centro Atlántico de la Juventud, Fuentes invitó a participar a colectivos sociales como la Asociación de Asperguer de Canarias y a personas con medidas judiciales tutorizadas por la Fundación Ideo. “Una de las jornadas de trabajo esperábamos que vinieran a mancharse las manos con nosotros unos 30 o 40 chicos, pero al final tuvimos que salir disparados a las ferreterías a comprar brochas, rodillos y baldes porque aparecieron por aquí más de 100 personas”, afirmó Purón.
Respecto a los procesos participativos, este artista urbano aclaró que “siempre son muy positivos”, porque al llegar desde Madrid, considera que “no deben ser ellos quienes transformen el lugar y se marchen”, sino que prefieren “involucrar” a las personas que van a convivir con la obra y así contribuir a su “empoderamiento”.
La fachada del Centro Atlántico de la Juventud, dijo Fuentes, no será lo único que cambie. En sus pasillos, “ahora son bienvenidos los jóvenes de Canarias”, a los que invitó a reservar sus salas para el estudio, además de acudir a las charlas y talleres que se organicen. Y adelantó que espera poder poner “pronto” en marcha un huerto ecológico en la maravillosa naturaleza que rodea este renovado edificio.