Por Isabel Bermúdez – Psicóloga infantil – Psico-up Tenerife
Qué difícil es esto de ser padres ¿por qué nadie nos había avisado antes? ¿Cómo lo pudieron hacer nuestros padres tan bien con nosotros?
Hay días que nos sentimos sobrepasados, en una carrera constante, y parece que nuestros hijos no nos lo ponen nada fácil cuando estamos así.
En consulta me encuentro con padres y madres realmente agobiados por pensar que no lo están haciendo bien, que le están fastidiando la infancia a sus hijos y se culpabilizan a sí mismos. Este pensamiento los hace sufrir, y mezclado con la creencia de que ya no saben qué más pueden hacer con sus hijos, es una bomba de relojería, para sí mismos y para la dinámica familiar. La buena noticia es que en el fondo sí que lo están haciendo bien, están preocupados por sus hijos y quieren mejorar su relación con ellos.
Sabemos que una relación de pareja puede ser complicada en el momento de la convivencia, pues si es complicado con dos personas, imagínate con tres, cuatro o más en una familia. Para empezar, cada progenitor tiene su propia opinión en la manera de educar a sus hijos que a su vez viene influenciada por lo que vivieron con sus propios padres. También tenemos a un niño o varios en pleno desarrollo, su cerebro va formándose a lo largo de sus primeros años de vida y es importante recordarlo a la hora de querer razonar con ellos, y ver que no nos hacen caso. Recordemos que el cerebro no llega a su pleno desarrollo hasta casi los 30 años.
La presión social es otro factor que nos puede hacer mucho daño y, a veces, incluso somos nosotros los que se lo hacemos a los demás. Antes de dar una opinión, por muy buena intención que tengas, piensa que solo esos padres son los que conocen bien a sus hijos y están intentando hacerlo lo mejor posible. Esas opiniones pueden venir de la propia familia, de padres de compañeros del cole de nuestro hijo, de amigos… Piensa que ellos no están viendo todo en su conjunto y no están metidos en la rutina familiar, no dejes que te afecten esos comentarios.
Dile a tus hijos que les quieres, dales un buen abrazo con frecuencia, incluso cuando estés enfadado/a con ellos, se sentirán queridos y tu más reconfortado/a.
Ojalá hubiera un manual con todo lo que debemos y no debemos hacer los padres con nuestros hijos, que nos avisara de las dificultades que podamos encontrar en el camino y como ir sobrepasándolas. Es cierto que en el mercado cada vez hay más libros sobre maternidad y paternidad, pero de estilos muy diferentes, ¿y cómo sabrás cuál es el idóneo para tu familia? Por eso, si te encuentras desbordado, te recomiendo que acudas a un profesional que te pueda orientar y ayudar dándote una serie de pautas efectivas y adaptadas a las circunstancias concretas de tu familia.