callejero chicharrero

Calle Villalba Hervás

La antigua calle del Tigre de la capital tinerfeña recibiría su nombre actual el 18 de diciembre de 1899, año del fallecimiento del ilustre abogado, periodista, historiador y político Miguel Villalba Hervás
Calle El Tigre. DA
Calle El Tigre. DA
Calle El Tigre. DA

La calle del Tigre recibiría su nombre actual el 18 de diciembre de 1899, año del fallecimiento del ilustre abogado, periodista, historiador y político Miguel Villalba Hervás.

En el número 5 de la entonces calle del Tigre se instaló en 1835 el primer teatro de Santa Cruz, en un local de la casa solariega de la familia Hardisson.

Esta vía, que comienza en la calle La Marina y llega hasta Valentín Sanz, sería ensanchada y pavimentada en el año 1963.

Las tres cuartas partes de la derecha de la calle la ocupan la iglesia San Francisco y la plaza Príncipe de Asturias, mientras que su lado izquierdo está constituido por edificios de viviendas, oficinas y locales comerciales.

Miguel Villalba Hervás (La Orotava, 1837- Madrid, 1899) estudió Derecho en la Universidad de La Laguna, validando su licenciatura en la Universidad de Sevilla, en 1881.

Trabajó como redactor del periódico El Progreso de Canarias, y llegaría a ser director del diario La Federación, en esta ciudad, y de La Justicia, en Madrid.

Fue diputado provincial en 1871, Gobernador Civil de la provincia de Canarias en 1873, diputado a Cortes por Tenerife en 1881 y 1886, y también lo sería por la provincia cubana de Matanzas, en 1898.

En la Villa y Corte, además de ejercer como periodista, abrió un bufete de abogados en la calle Apodaca número 3, y se integró en la Junta Revolucionaria como líder del Partido Republicano.

Aparte de sus textos propagandísticos y literarios, sus cuatro libros, publicados entre 1896 y 1899, titulados Historia de España entre el reinado de Isabel II y la guerra de Cuba y Filipinas, lo sitúa entre los más notables historiadores y cronistas españoles.

Fue un personaje fundamental en el desarrollo de la masonería en Canarias en el último tercio del siglo XIX, llegando a ser el Venerable Maestro de la Logia Teide, con el grado 33 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.

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