kick boxing

La pelea más complicada de Patricia Rodríguez

La campeona de kick boxing se enfrenta todos los días al Covid-19 desde su puesto de trabajo como técnica de emergencias
Patricia Rodríguez, antes de iniciar una de sus jornadas laborales. / DA

Es la más valiente del mundo… y con diferencia. Patricia Rodríguez Cardeñosa, campeona nacional y plata europea en kick boxing ha cambiado de rival. Lo que se encontraba encima de los cuadriláteros tiene poco que ver con el contrincante que tiene ahora.

Tan silencioso como peligroso el Covid-19 se ha convertido en el peor de los contendientes a los que se ha tenido que medir la deportista afincada en el barrio de Taco. Su lucha ha cambiado radicalmente aunque siempre ha estado destinada a salvar vidas.

Patricia es técnica en emergencias sanitarias y en época de confinamiento y estado de alerta es cuando le ha tocado demostrar que combatirá contra lo que haga falta para cumplir su trabajo. “Antes de que empezara la cuarentena me encontraba preparando una pelea para mayo, aquí, en Tenerife, con una rival que estaba por determinar y después tengo los Campeonatos de España donde tengo muchas ganas de ganar para poder ir y superar lo que hice el año pasado en el Europeo WAKO”, relataba Patricia antes de iniciar una de sus casi interminables jornadas laborales.

Lo de la competición se le ha complicado después del estado de alarma. Los planes se le han ido por donde vino el Covid-19. “Creo que será difícil cumplir con esos retos deportivos porque ya no hay mucho margen para poder preparar las competiciones, y más después de un parón de este tipo”, reconocía una Patricia que, como bien decía “por el momento estoy sana… pero no se sabe cómo va a acabar esto”.

Y es que para la compeditora del equipo de Susi Llarena y Moisés Ruibal no hay nada más prioritario que salvar vidas, ahora y siempre. Ese es su trabajo y ahora, con el coronavirus rondando cada rincón, está viviendo “una época de mucho estrés y mucha tensión”. A sus 24 horas de turno se le han juntado las bajas de muchos compañeros y el riesgo de contraer el virus, lo que endurece mucho más su ya de por sí delicado trabajo “física y mentalmente”.

Patricia se sube a las 8.00 horas en la ambulancia, siempre en la zona del sur de la Isla. Ayer le tocó en Alcalá. A partir de ahí su condición de súper heroína se agranda. Con 24 horas por delante se enfrenta a todo tipo de contratiempos. “Los accidentes siguen ocurriendo”, confesaba la campeona que, en un ejercicio de sinceridad desvelaba lo que muchos saben.

“Nos sentimos desprotegidos, no contamos con los medios para afrontar una pandemia de este calibre y si no nos cuidan y vamos cayendo los sanitarios, se va a caer el sistema entero”, explicaba Patricia antes de reconocer que lo más duro es “ver sufrir a las familias cuando vas a buscar a una persona con coronavirus que, quizá, no vuelva a ver a su gente porque quedará aislada y si el virus se le complica puede ser mortal”.

Patricia, en uno de sus dos combates ante la portuguesa Carolina Silva. / Sergio Méndez

UN MENSAJE DE SENSATEZ

Estando en la primera línea del combate, Patricia reconoce que no se explica como aún hay gente que se salta el confinamiento poniendo en peligro sus vidas y, lo peor, las vidas de los demás. “Hay mucha gente que todavía no es consciente de que si no se quedan en sus casas el confinamiento se va a alargar mucho más” y mientras, tanto Patricia como sus compañeros, se dejan la vida en turnos de 24 horas en los que “hay días en los que no tenemos tiempo ni de abrir el bolso”.

Esta última quincena ha sido especialmente delicada para ella y el personal sanitario, ese colectivo que, más que el aplauso de las 19.00, se merece la mayor de las ovaciones y un reconocimiento que “nos llega al corazón”. Ahora, lo ideal sería cambiar aplausos por protección, pero ya eso no está en sus manos, en las manos de la más valiente del mundo hay vidas.

El coronavirus echó abajo sus planes deportivos para esta primera mitad de año. El confinamiento le ha cambiado sus hábitos habituales con días de dobles sesiones físicas, técnicas y tácticas por el ratito de entrenamiento cuando llega a su domicilio de Taco. “En casa intento hacer algo de rutinas de ejercicios, pero como puedo porque no dispongo de material y el espacio es bastante limitado”, señala Patricia, que vive una especie de confinamiento dentro del confinamiento. “Psicológicamente también afecta porque estoy acostumbrada a hacer varios entrenamientos al día durante casi toda la semana y de ahí a no hacer prácticamente nada… es bastante frustrante”.

TE PUEDE INTERESAR