viernes a la sombra

Turismo doméstico

Cómo será el turismo después de que pase la pandemia? No creemos que haya muchas personas en disposición de predecir, entre otras razones porque faltan certezas. Claro que en los silentes mercados, condicionados por la expansión del virus, habrá cerebros pensando para cuando llegue la hora de la reanimación. ¿Qué hacer? ¿Cuál será el escenario? ¿Cuáles las tendencias?

Convenimos en que nada será como antes, pero cabe intuir que habrá otros esquemas de funcionamiento, tal como ya hemos expuesto, si bien es cierto que algo similar vaticinamos cuando la quiebra de Thomas Cook, cuyos efectos fueron minimizados de inmediato por el sector público y la turoperación apenas -por no decir nada- se resintió.

En plena fase de incertidumbre, pues, con establecimientos cerrados -quedan los de retén, a la espera de que salgan los últimos turistas de Canarias-, perdidos miles de puestos de trabajo, resentida la industria aeronáutica y las compañías marítimas replanteándose, naturalmente, rutas de cruceros y su correspondiente viabilidad, todo da a entender que habrá que tirar del turismo interior para poder levantarse. De hecho, algún intento -todavía tímido- de reactivarlo circuló hace poco por redes sociales, concebido más por patria chica y recurso propio para superar el trance que como solución estable a largo plazo.

Quedémonos con un nuevo concepto: las staycations, una voz inglesa que nace de dos conceptos: stay (estar, quedarse) y vacations (vacaciones), en español algo así como vacaciones en las que te quedas en casa, o sea, un periodo de tiempo en el que una persona, una pareja o una familia se queda en las proximidades de su hogar y participa en actividades lúdicas, festivas o culturales, muchas veces sin tener que pernoctar. Quedémonos porque es el que acuñan desde el Reino Unido por parte de la compañía especializada en datos y analíticas, Global Data, después de un estudio demoscópico elaborado en medio de la densa incertidumbre.

Responsables de la firma coinciden en señalar que la gente querrá seguir tomando vacaciones porque -razonan- no está dispuesta a renunciar. Sin embargo, ahora hará una valoración especial de la seguridad. En ese sentido, se planteará dónde se siente cómoda -sobre todo si son vacaciones familiares- y dónde más segura. La respuesta es sencilla: quedarse en su país, afirma Nick Wyatt, director ejecutivo de informes y análisis del sector turístico en la citada compañía.

Las staycations, pues, marcarían tendencia en esos hipotéticos escenarios del futuro. Téngase en cuenta, además, que países como Reino Unido o Alemania tienen una amplia cultura vacacional y disponen de una rica oferta en sus territorios, de modo que sus atractivos incentivarían, con adecuada promoción, lo que conceptuaríamos como turismo doméstico o turismo interior. Familiarizarse con el destino y la localización, conocer las infraestructuras, dotacionales y servicios queda muy al alcance.

Luego habrá que aplicarse en las Islas, si la solución anglogermana funciona y se consolida. Recordemos aquella campaña de los años 80, Canario, conoce tu tierra, promovida por Dolores Palliser, consejera de Turismo del primer Gobierno autónomo presidido por Jerónimo Saavedra. Tenía otra filosofía, si ustedes quieren, pero sirvió para que muchos canarios, por primera vez, disfrutaran de vacaciones e hicieran turismo. Cuestión de reeditarla.

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