“Nadie sabe cómo se llama, porque los vecinos no hablábamos con él. Le decíamos el de la caravana, o el loco de la caravana. Resulta que teníamos a un asesino aparcado en la puerta de casa y no lo sabíamos”. Se lo explica a EL ESPAÑOL, desde el jardín de su casa, un vecino de Les Planes (Sant Cugat), el lugar en el que todavía permanece estacionada la desvencijada roulotte en la que malvivía un presunto asesino en serie.
Se trata de un varón de 35 años y doble nacionalidad (brasileña y portuguesa) que ya ha sido detenido por los Mossos d’Esquadra, acusado de haber matado a tres indigentes en Barcelona durante el confinamiento. El primero, el 16 de abril, en la puerta del Auditori de Barcelona. EL segundo, dos días después, en la calle Caspe. El tercero se ha producido esta misma semana, el lunes 27. Todos ellos en el mismo barrio del Eixample de Barcelona. Todos ellos con el mismo modus operandi: les destrozaba la cabeza con una barra de hierro. Ahora se investiga si también perpetró un cuarto crimen, el 16 de marzo, en el que asesinaron a otro mendigo en la puerta de un supermercado de la calle Cerdeña.
Entretanto, tenía su base en la caravana (que no autocaravana) estacionada en la urbanización de montaña de Les Planes. Allí pasaba los días, entre las reprimendas de los vecinos, que ya se habían quejado alguna vez de su comportamiento: “Le decíamos el loco porque no estaba bien; alguna vez se había colado en la casa de algún vecino. Me acuerdo que una vez iba paseando por la calle con un arma bien visible en la mochila. Llamamos a los Mossos y le encontraron un hacha. Se la requisaron y le dejaron en libertad”, cuenta ahora, con estupor, un vecino de Les Planes.
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