En un contexto donde los gestos toman la palabra, la comunicación no verbal nos revela mucho más de lo que podemos percibir a simple vista.
EL LENGUAJE SIMBÓLICO
El movimiento “todo irá bien” tiñe de color y esperanza las ciudades, abanderando la actitud positiva de la población en estos momentos tan difíciles. Pero no es lo único que ocurre en nuestros balcones y ventanas. También vemos y escuchamos aplausos, caceroladas, himnos, cantantes o aficionados regalando sus canciones e improvisando melodías con las que poner una nota de optimismo al encierro. ¿Porqué lo hacemos? La respuesta es sencilla. Somos seres emocionales, y como tales necesitamos expresar nuestros sentimientos a través de diversas formas. Esta es la manera que hemos encontrado para acortar distancias, hacer oir nuestro sentir, expresar agradecimiento o revindicar nuestras protestas.
LAS DICHOSAS DISTANCIAS
Aún llevando varias semanas en estado de alarma, a muchos todavía se les va el santo al cielo. A pesar de los carteles y advertencias, los establecimientos abiertos al publico incluso se han visto obligados a establecer cordones de seguridad ante el insistente acercamiento de clientes “despistados”. ¿Porqué ocurre? Es un mecanismo automático, una conducta inconsciente que nos cuesta controlar. La española es una cultura considerada de alto contacto, en la que nos abrazamos, besamos, tocamos y mantenemos conversaciones con los demás a menor distancia que en otros países y culturas. Probablemente, esta sea la razón por la que nos cuesta tanto acostumbrarnos al distanciamiento social.
LA DEVASTADORA SOLEDAD
La pandemia también ha alterado la forma en que nos despedimos de nuestros seres queridos. Un momento tan íntimo y doloroso, que requiere del consuelo y apoyo de nuestro entorno, se ha transformado en una cruel distancia impuesta que ha obligado a miles de personas a dar el último adiós a familiares y amigos sin posibilidad de atesorar un beso o abrazo de despedida. Lo hemos visto antes, en guerras o tragedias ocurridas a lo largo de la historia, pero resulta desgarrador ser testigo o vivirlo en primera persona. Uno de los aspectos más determinantes en la superación del duelo consiste en el apoyo social, el contacto físico y cercanía con los demás. La privación de todos ellos puede tener consecuencias traumáticas o dificultar la recuperación emocional. No es lo que vemos, es lo que no vemos en estos funerales lo que mas nos duele.
LOS LÍDERES A PRUEBA

Una imagen vale más que mil palabras. El avance de la epidemia nos ha demostrado que todos somos iguales, pero también nos ha enseñado que lo que decimos y lo que hacemos son dos cosas diferentes. En el caso de los líderes políticos más si cabe. Las palabras prodigan mensajes de calma, seguridad y control de la situación, pero el lenguaje del cuerpo contradice a muchos de ellos cuando se exhiben abatidos, desbordados, esquivos, severos o afligidos. Cuando se produce esta incongruencia el cerebro reacciona instintivamente conduciéndonos a la desconfianza, miedo o incertidumbre. La credibilidad se pone a prueba porque el mensaje debe ir acompañado de hechos.