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Los balcones de La Orotava, zona de artistas musicales

Una cantante de orquesta, un trompetista, una saxofonista y un tenor hacen que su arte fluya en una misma calle de El Mayorazgo, una acción que entienden como un “deber social” con el que apoyar a los vecinos en su camino para sobrellevar el confinamiento
Antonella Vega, cantante de orquesta, se siente muy acogida por sus vecinos cuando les canta canciones para animarles la cuarentena. FOTO: DA
Antonella Vega, cantante de orquesta, se siente muy acogida por sus vecinos cuando les canta canciones para animarles la cuarentena. FOTO: DA
Antonella Vega, cantante de orquesta, se siente muy acogida por sus vecinos cuando les canta canciones para animarles la cuarentena. FOTO: DA

La balada Yo no me doy por vencido, que Luis Fonsi escribió como símbolo de apoyo en la lucha de su pareja contra el cáncer, resuena en El Mayorazgo, en La Orotava, a través de la voz de Antonella Vega, una joven cantante de 20 años. Es una canción de amor, esperanza y resistencia, que Antonella quería dedicarle a sus vecinos en estos tiempos de coronavirus y que ha traspasado su calle al hacerse viral en las redes sociales de DIARIO DE AVISOS, donde tras una semana publicado, su vídeo ha superado las 321.000 visitas.

“Estoy sorprendida con la acogida. Yo solo quería trasmitir un mensaje positivo a mi calle y no esperaba esta repercusión”, comenta emocionada Antonella, quien comenzó a salir a cantar a su balcón después de que su hermana pequeña, Julietta, quien ya salía a tocar su saxofón, la animara a contribuir con su voz.

Y es que la calle de Antonella es un territorio de artistas musicales. Además de ella y su hermana, su vecino de enfrente, que es tenor, y otro de una vivienda cercana, que es trompetista, ayudan a ponerle banda sonora al confinamiento: “Es emocionante ver que cada uno aporta lo que tiene para ayudar al otro, y en mi caso es el canto”, cuenta.

Desde que ella recuerde, su vida ha estado vinculada con la música. Aprendió a tocar la flauta travesera en la Escuela de Música de La Orotava y continuó sus estudios del instrumento en el Conservatorio Superior de Música de Canarias. El canto, sin embargo, es una faceta que desarrolla en la Orquesta Afilarmónica de Tenerife, una oportunidad que agradece a su director, José Antonio Cubas.

A pesar de que solo tiene 20 años, Antonella asegura que se le han abierto oportunidades muy emocionantes desde que está en la orquesta, como participar en eventos culturales, sociales y deportivos e incluso ser telonera del cantautor y poeta español Marwan.

A raíz del confinamiento, ha encontrado una nueva forma de brindar su arte en un escenario diferente, su balcón. Allí ha interpretado diferentes canciones, pero siempre con mensajes positivos, como Volveremos a brindar, de Lucía Gil, Nube de hielo de Benito Cabrera y Color Esperanza de Diego Torres.

Yeray Gonzáles, trompetista, recibe incluso multitud de sugerencias sobre qué piezas interpretar cada tarde. FOTO: DA
Yeray Gonzáles, trompetista, recibe incluso multitud de sugerencias sobre qué piezas interpretar cada tarde. FOTO: DA

La historia de Yeray González, un joven trompetista profesional, es algo diferente. Él confluye en la misma calle de El Mayorazgo que Antonella por “pura casualidad”. Su novia es tinerfeña y él, del municipio grancanario de Teror. Por eso reconoce que siempre está “del tingo al tango” entre las dos Islas y la crisis del coronavirus le ha pillado en Tenerife.

Yeray se formó en el Conservatorio Superior de Música de Canarias y continuó su profesión en Croacia gracias a una beca Erasmus. En su interior tiene un “gusanillo” como músico que le hace querer estar siempre conectado al instrumento. Por eso, cuando supo que durante un tiempo iba a estar confinado y lejos de los escenarios, decidió salir cada día, desde el primero del Estado de Alarma, a interpretar piezas musicales en el balcón.

“Ya he interpretado Imagine (de John Lenon), Yesterday (de los Beatles), además de bandas sonoras de películas como Stars Wars, Toy Story o Harry Potter. Aunque la auténtica locura fue cuando interpreté el Bella Ciao, que tuvo una gran aceptación”, compartió Yeray.

Aunque este joven salió a interpretar sus piezas por iniciativa propia, la elección de los temas se ha vuelto una cuestión popular. A través de sus redes sociales le han escrito personas desde países como Tailandia o Panamá para enviarle sugerencias, aunque lo que más le ha sorprendido es la cantidad de propuestas que le llegan de los vecinos de la zona, a los que ahora está conociendo. “Yo siento todo esto como algo muy serio, es como un deber social, y por eso lo seguiré haciendo”, asevera.

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