diario de cuarentena

Que alguien le cambie la letra al himno, que se lo encarguen a Marta Sánchez o, mejor, a Metallica

Los aplausos de las siete no cansan a una población que cumple litúrgicamente con su cita para homenajear a sanitarios y Fuerzas de Seguridad del Estado, pero el ‘Resistiré” empieza a complicársele un poco a los ciudadanos

Corren en estos días por las redes cientos de miles de millones de memes, algunos graciosos, otros de menor gusto, pero hay uno en especial que me ha llamado mucho la atención. Es aquel en el que se ve a Jules Winnfield (Samuel L. Jackson) y Vincent Vega (John Travolta), los dos matones de Marsellus Wallace en Pulp Fiction manteniendo una conversación en un ascensor.

“¿En qué planta dices que vive el de la guitarra en el balcón”, pregunta el religioso sicario negro, a lo que el blanco le responde: “En el cuarto”. Y aquí viene la gran pregunta de Jules a Vincent. “¿Y el de Resistiré?”, a lo que Vega responde, “en el tercero”. Hacia allí los acompañaría si yo pudiera, pero no para ajusticiar a ninguno de los dos ciudadanos que gasta ese bonito y solidario tiempo de su confinamiento.

Tocaría en su puerta suavemente para sugerirle que, por favor, cambie la banda sonora de este nuestro interminable aislamiento, que por favor la varíe por cualquier otro himno de nivel mundial, por el Give Peace a Chance, el Here Comes the Sun, el Bridge Over Troubled Water, por el Himno de Alegría, hasta por el de España en la versión de Marta Sánchez.

Cualquier opción es válida a estas alturas de reclusión, para que nuestro cerebro no entre en dinámica rastreadora y ejecutemos un Seek and Destroy mucho más trashmetalero. Porque poniéndonos y ambientándonos musicalmente, durante estos más de 30 días, o menos, han sido muchos los temas de nuestra historia que han regresado a la actualidad y entonces (si la cosa pierde color, cuando la piensas dos veces, el diente de oro vuelve a brillar y las balas blancas son para la oveja negra) cambiar la banda sonora de este confinamiento no debería ser tanto impedimento.

No vaya a ser que acabemos todos como Adán García en su último día, dado que, si del cielo te caen limones, aprendes a hacer limonada y que ahora es demasiado tarde princesa para tocar con mi guitarra de tres cuerdas más allá de lo que me dicte The Way You Make me Feel.

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