viernes a la sombra

Turismo en trance

La Organización Mundial de Turismo (OMT) ha estimado que los ingresos se desplomarán en unos cuatrocientos diez mil millones de euros. Y es que con las restricciones de viaje actuales, el turismo caerá un treinta por ciento respecto a 2019. Preparémonos pues para una situación de verdadera crisis: menos beneficios, menos empleo, mercados colapsados, destinos esclerotizados…

La OMT ha creado su comité de crisis que tiene la misión de guiar al sector en la respuesta que debe dar tras la pandemia y construir las bases de la resiliencia futura y el crecimiento sostenible. Han incluido en ese comité organizaciones internacionales, públicas y privadas, para intentar garantizar respuestas coordinadas, comprometidas y productivas.

Estemos atentos entonces a su trabajo, una vez asumido el impacto universal de la pandemia. De “una emergencia social y económica sin precedentes”, habla la Organización. Turismo y transporte, en efecto, son de los sectores más golpeados por la crisis. Teniendo en cuenta su peso en el Producto Interior Bruto (PIB) de numerosos países, el objetivo prioritario es la recuperación. Y seguidamente “volver mejor al crecimiento”. Imposible vaticinar la duración del proceso, pero hay que afrontarlo, seguro. Porque es imprescindible, según el secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili, “mitigar el impacto en el empleo y la liquidez, proteger a los más vulnerables y prepararse para la recuperación”. Desde luego, se avecinan cambios en ambos sectores. La respuesta, añade, debe ser rápida, unida, coherente y ambiciosa.

Para la OMT, gestionar la crisis y paliar el impacto es el primer campo de actuación, delimitado en una guía que consigna hasta veintitrés recomendaciones que abarcan desde el mantenimiento del empleo, a la promoción del desarrollo de competencias y la revisión de tributos, normativas y tasas relacionadas con los viajes y el turismo. Los alcaldes y concejales delegados de municipios turísticos tendrán que hacer un gran esfuerzo para reordenar y racionalizar sus ámbitos. También el empresariado y las centrales sindicales.

Suministrar estímulos y acelerar la recuperación serían otras coordenadas en las que hay que incluir el levantamiento de restricciones de viajes tan pronto como la emergencia sanitaria lo permita, así como las políticas fiscales favorables. La aceleración dependerá de que el turismo figure en un lugar destacado de los planes de acción y recuperación de los gobiernos de los respectivos países. Atención al impulso al márketing y a la confianza de los consumidores. Se avecinan innovaciones en el plano tecnológico y, aunque se insista en la atención personalizada y en los servicios de atención al cliente como soportes del éxito para remontar, el manejo y el desenvolvimiento para gestiones de todo tipo en redes y funcionamiento interior serán determinantes.

Precisamente, la OMT advierte que hay que prepararse para el mañana. Si se acepta que el turismo va a encabezar el crecimiento a escala nacional y local, habrá que convenir en que su contribución a la Agenda de Desarrollo Sostenible y al fortalecimiento de la resiliencia, será decisiva. Hay que ser muy conscientes de ello, es decir, no se trata de una asignatura para otros. Por eso, se recomienda la elaboración de planes de preparación para aprovecharlos y afrontar la transición a la denominada economía circular.

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