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Alejandro Togores: “Es necesario dejar atrás el narcisismo”

Artista plástico, periodista, realizador y guionista de documentos audiovisuales, es Académico de las Ciencias y las Artes de Televisión
Alejandro Togores
Alejandro Togores
Alejandro Togores, artista plástico, realizador y periodista. FOTO: C.C.P.C.

Conversamos con Alejandro Togores, excepcional intelectual canario, con una trayectoria polifacética vinculada fundamentalmente al arte y la comunicación. Artista plástico, periodista, realizador y guionista de documentos audiovisuales, es Académico de las Ciencias y las Artes de Televisión.

Como periodista, su carrera profesional ha estado ligada a Televisión Española en Canarias, donde dirigió programas que marcaron un antes y un después en la comunicación audiovisual: Difusión Cultural, Ágora y Apuntes de la Cultura, de información cultural general; y Nuestra Tierra y Nuevos Tiempos, series de 13 capítulos cada una, en las que reflexionó sobre la realidad que construimos con la mirada reduccionista de la cultura imperante, confrontándola con la orgánica del pensamiento ecológico.

Ha sido discípulo del escultor Martín Chirino en los primeros años de la década de los 70. Ha realizado más de veinte exposiciones individuales y participado en casi un centenar de colectivas. Desde 1980 se dedica casi en exclusivo al grabado. Ya en la década de los 90 comienza a trabajar escultura con el vidrio, la madera y, en ocasiones, el hierro oxidado como elementos base de su trabajo. Su obra se encuentra en diversas instituciones públicas y privadas en todo el territorio español, Nueva York, Londres, Alemania…

-Háblenos de su recorrido personal como creador polifacético.

“Es que hay tantas cosas que me sorprenden que luego no me resisto y me acerco a ellas y trato de comprenderlas. Esta necesidad de comprensión me ha llevado a darme cuenta que, para saber de la vida y su ímpetu creativo, que es lo que finalmente me apasiona, tengo que olvidar la lógica del conocimiento y abismarme en el silencio creativo que permite la sensibilidad y la sabiduría”.

-¿Cree que la realidad del cambio climático o la actual crisis del coronavirus nos harán avanzar como sociedad hacia un modelo de vida más acorde con la naturaleza?

“Siempre que sepamos interpretar estas circunstancias, sí. Los fenómenos como esos, si solo nos despiertan miedo o necesidad de evitarlos porque las repercusiones que tengan no las podemos aceptar, no creo que produzcan los cambios de mentalidad que necesitamos como cultura. Nuestra cultura, es necesario que nos demos cuenta, está agotada y, con sus supuestos, no encontraremos salida; el modelo social, económico y cultural que tenemos es sencillamente inviable”.

-Háblenos del proyecto La Aventura de Comprender.

“Ah… Ese es uno de nuestros amores. En 1991, María Pérez y yo empezamos a desarrollar el proyecto ALOE, acrónimo de Aula Libre de Orientalismo y Ecología, y La Aventura de Comprender es una síntesis del trabajo de todos estos años, es la propuesta de considerar lo necesario que es la comprensión del planeta y de su misterioso comportamiento, es decir, la vida que se manifiesta. Ha llegado el momento de dejar el mito de la humanidad como reina y señora de una creación hecha para su gozo y disfrute sin limitación alguna. Ahora nuestra consciencia consciente tiene que ser capaz de comprender la realidad compleja y orgánica que somos con la implicación simultánea de lo que se manifiesta, sea tangible o no”.

-Se ha ocupado de investigar y divulgar el lenguaje audiovisual ,¿Cómo se explica que, en un mundo tan dependiente de las pantallas, seamos, en general, analfabetos audiovisuales?

“Porque los que gestionan la creación y la divulgación de las imágenes se han dado cuenta de lo vulnerable que se es ante un lenguaje que se desconoce. Así, las imágenes pueden ser utilizadas con la idea de seducir y no de vertebrar sociedades con convicciones. Las imágenes son ahora las aliadas perfectas para la manipulación. Eso no debería hacernos pensar que es menor la responsabilidad de la sociedad civil que acepta y consume ese veneno intelectual y moral”.

-¿Qué supone para usted la fotografía?

“Algo muy especial y muy interesante; de momento, las imágenes creadas con una cámara, tengan movimiento o no, son la cumbre de nuestra especie en nuestra tendencia innata a la comunicación. Comprender el valor y el sentido de esa tendencia natural que nos permite sobrevivir es algo fundamental si queremos evolucionar”.

-Ha sido un periodista profundamente ligado al mundo de la cultura, ¿por qué momento cree que atraviesa la cultura?

“Estamos asistiendo a algo tan especial, grave e interesante como es la muerte de un paradigma. Creo que ese es el momento que vivimos. Tenemos que volver a navegar como Ulises… Es necesario dejar atrás el antropocentrismo y su infernal derivada, esa enfermedad que tanto se ha generalizado: el narcisismo”.

-Y en particular el mundo del libro, un baluarte imprescindible de la cultura.

“La maravilla del libro es una firme esperanza. Es un medio muy interesante, tal vez el único que hemos ideado capaz de comunicar creando un ámbito en el que lo sensible y lo inteligible se aúnan, algo imprescindible para que la comunicación se establezca. Otra cosa es las ideas que, por estar impresas en sus páginas, no son garantía de interés, mucho menos en un periodo de decadencia como el actual”.

-Dirigió inolvidables programas y documentales en Televisión, ¿qué criterios le guiaron?

“Al trabajar siempre en Televisión Española, tuve la posibilidad de hacer programas o documentales sin otra exigencia que propiciar en la audiencia la atención a aspectos esenciales para la convivencia y el desarrollo social viable”.

-Ha conocido a los mejores representantes de la cultura española contemporánea. ¿Volverá una época de oro como la que ellos protagonizaron?

“Siempre celebraré la maravilla de los encuentros que tuve con tantas personas sensibles e inteligentes que me propició mi trabajo. Fueron muchas y de muy distintas disciplina, de la ciencia, de la plástica, de la arquitectura, de las letras… Creo que nunca ha dejado de haber momentos interesantes, situaciones espontáneas e inimaginables que hace que se tambalee nuestro ego”.

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