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Bomberos voluntarios: de apagar fuegos a eliminar al Covid-19

El colectivo se une de forma altruista para crear un circuito de desinfección de ambulancias único en el Archipiélago
Con una concentración de hipoclorito de sodio (lejía) del 5%, bomberos voluntarios desinfectan de Covid-19 las ambulancias del Servicio de Urgencias Canario. FOTO: Fran Pallero
Con una concentración de hipoclorito de sodio (lejía) del 5%, bomberos voluntarios desinfectan de Covid-19 las ambulancias del Servicio de Urgencias Canario. FOTO: Fran Pallero
Con una concentración de hipoclorito de sodio (lejía) del 5%, bomberos voluntarios desinfectan de Covid-19 las ambulancias del Servicio de Urgencias Canario. FOTO: Fran Pallero

Que el mundo tiene un enemigo común ahora mismo es bien sabido por todos. Pero de la crisis sanitaria por el Covid-19 también se pueden sacar cosas positivas, como esas desbordantes olas de solidaridad que han recorrido el planeta y en las que cada uno aporta lo que tiene para ayudar al prójimo. Y al igual que ocurre con las costureras que realizan mascarillas o los restaurantes que donan comida, los Bomberos Voluntarios de La Laguna no dudaron en poner su granito de arena y contribuir con su tiempo y el material de desinfección necesario en ayudar al Servicio de Urgencias Canario a eliminar el virus de las ambulancias en las que trasladan a los pacientes con coronavirus.

“A nosotros lo que nos mueve es la vocación y las ganas de ayudar”, cuenta José María Madero, secretario de la Asociación Bomberos Voluntarios de La Laguna. A ellos se han sumado otros voluntarios de la Isla, provenientes de puntos como Adeje, Icod de Los Vinos o Tegueste. En el colectivo, en el que hay varios sanitarios, lo último que deseaban era “que hubiera personal sanitario que tuviera que estar preocupándose de una tarea adicional a su labor como lo es desinfectar un vehículo antes de terminar la jornada”, opinó Madero.

Los sanitarios también pasan por el circuito de desinfección antes de retirarse el EPI. FOTO: Fran Pallero
Los sanitarios también pasan por el circuito de desinfección antes de retirarse el EPI. FOTO: Fran Pallero

De esas ganas de ayudar surgió un punto para la higienización de vehículos único en Canarias y que se ubica, desde el pasado 4 de abril, en el Camino de las Cruces de San Miguel de Geneto. Fue en un solar cedido de forma desinteresada por un particular, Eugenio Ramos, donde se instalaron diferentes carpas aportadas por el Ejército de Tierra y el Ayuntamiento de La Matanza, mientras que el suministro de agua corre a cargo del Consistorio Lagunero y diferentes empresas han colaborado aportando agua y alimentos para los sanitarios.

Para prestar el servicio, cerca de 50 voluntarios se coordinan en turnos y se visten cada día con un traje de protección integral, un buzo de categoría 3 como los que se utilizaban cuando la epidemia del ébola y que les ha sido cedido por el Servicio de Urgencias Canario. Además, llevan dos capas de guantes y una máscara con filtro de partículas.

Toda esta protección “es clave”, según Madero, no solo para estar aislados del virus, sino para trabajar en condiciones adecuadas para manejar el hipoclorito sódico, que comúnmente se conoce como lejía, en unas proporciones que podrían causar irritación o quemaduras.

En la limpieza se realiza incide en los recovecos para eliminar completamente el virus. FOTO: Fran Pallero
En la limpieza se realiza incide en los recovecos para eliminar completamente el virus. FOTO: Fran Pallero

Y aunque el Covid-19 ha cogido al mundo sin protocolos para hacerle frente, a la hora de usar dicho producto químico los conocimientos de bomberos voluntarios como José De la Rosa Miranda, que se dedica a la electromecánica industrial, han contribuido a montar con rigor el dispositivo de desinfección de vehículos. “Esta es una situación extraordinaria que ninguno había vivido. Por eso nos reunimos y elaboramos un protocolo de desinfección en el que incluimos biocidas fáciles de adquirir y no extremadamente nocivos”, cuenta De la Rosa.

El protocolo específico creado por los bomberos parte de recomendaciones tomadas de uno ya existente en Alemania y de las directrices dadas por el Ministerio de Sanidad español sobre los productos útiles para acabar con el virus en función de su permanencia en cada superficie.

Así, cada vez que llega al circuito una ambulancia u otro vehículo en el que se haya podido trasladar a una persona sospechosa de padecer la Covid-19, los bomberos llevan a cabo la minuciosa desinfección en dos fases. Primero, desembarcan del vehículo tanto al técnico como al conductor de la ambulancia y nada más poner los pies en el suelo, ya comienzan a tratarse con hidroclorito sódico la planta de los pies.

Los profesionales sanitarios tienen una ‘zona limpia’ en para descansar, beber agua y tomar fruta. FOTO: Fran Pallero
Los profesionales sanitarios tienen una ‘zona limpia’ en para descansar, beber agua y tomar fruta. FOTO: Fran Pallero

Después, se les descontamina el traje que llevan y pasan a la carpa denominada ‘zona sucia’, en la que los sanitarios se retiran el EPI y lo dejan en un contenedor habilitado a tal efecto. A continuación, los profesionales que iban en el vehículo pasan a otra carpa, la denominada ‘zona limpia’, donde se ponen ropa nueva, que suele ser un pijama como los que usan en el hospital.

La segunda fase implica la higienización de la ambulancia, que se realiza de forma manual, con hipoclorito, actuando especialmente en el volante, la palanca de frenos, la de cambios, y los pedales. En la cabina de traslado del paciente, como tiene muchos recovecos, los bomberos nebulizan, con un atomizador eléctrico, toda la zona, y dejan que el producto actúe durante unos 15 minutos.

En enseñar a utilizar las herramientas para aplicar el producto ha ayudado José Bernardo Dorta, un ingeniero agrícola que está acostumbrado a usar atomizadores y que cuenta con la certificación de Técnico en Prevención de Riesgos Laborales en tres modalidades distintas: “Al principio hicimos una formación y siempre, en cada turno, hay un coordinador que supervisa el cumplimiento del protocolo”.

Hasta la fecha, este colectivo ha conseguido desinfectar más de 400 vehículos, entre ambulancias, camiones de traslado de alimentos, vehículos municipales, de Cruz Roja y de Protección Civil. Los cerca de 50 voluntarios trabajan en turnos que van desde las 9 de la mañana hasta las 12 de la noche. No buscan ser recompensados económicamente, solo ayudar, y como asegura Madero, continuarán prestando esta función el tiempo que sea necesario.

Lo único que mueve a estos bomberos solidarios son sus ganas por ayudar durante pandemia. FOTO: Fran Pallero
Lo único que mueve a estos bomberos solidarios son sus ganas por ayudar durante pandemia. FOTO: Fran Pallero

El coronavirus no consigue frenar a quienes tienen por vocación ayudar

La Asociación de Bomberos Voluntarios de La Laguna se fundó en 1996 ante la necesidad de tener personal de emergencias en la Isla en una época en que no existía el Consorcio de Bomberos de Tenerife. Cuando este se crea, los Bomberos Voluntarios pasan a ser entidad colaboradora y trabajan bajo sus directrices y protocolos. A sus integrantes, que tienen una profesión principal que no es la de ser bombero, les mueven la vocación y las ganas de ayudar a los demás. En esta crisis sanitaria, se les recordará por no quedarse en casa con los brazos cruzados, sino por salir a apoyar a quienes están en primera línea de batalla contra el Covid-19.

 

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