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Jacinto será juzgado de nuevo por matar al ladrón que torturaba a su esposa

El anciano, de 85 años de edad, ya fue condenado a dos años y seis meses de prisión en una polémica sentencia que anuló el TSJC por falta de motivación; ahora, el Supremo confirma tal decisión
Jacinto Siverio
Jacinto Siverio, durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial hace dos años, y que ahora tendrá que repetirse. Fran Pallero

Jacinto Siverio, el anciano tinerfeño que mató de un tiro al ladrón que torturaba a su esposa en su propia casa una aciaga noche de hace ya cinco años, volverá a ser juzgado por estos hechos.
Así lo ha dispuesto el Tribunal Supremo tras no admitir a trámite el recurso de casación presentado por la familia del fallecido contra la decisión adoptada por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias, que a su vez anuló hace dos años una polémica sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife que condenaba al anciano a dos años y seis meses de prisión por la muerte de Jonás, de 26 años, uno de los dos ladrones que irrumpió en su vivienda para robar, para lo cual no dudaron en golpear y torturar a la esposa de Jacinto en su presencia, convencidos de que así obtendrían la información sobre dónde guardaban sus bienes más valiosos.

Esta decisión del Supremo obliga al anciano a pasar de nuevo por un calvario judicial que ya despertó en su día el interés de la opinión pública de toda España por las características de un caso que, a priori, parecía encajar en la eximente por legítima defensa contemplada en el Código Penal vigente.

Por mucho que la decisión del Supremo anula definitivamente una sentencia condenatoria para Siverio que, además, le imponía otra pena de dos años de cárcel por tenencia ilícita del revólver con el que acabó con la vida del intruso, lo cierto es que la intención de su familia era que se anulase solo la pena impuesta por el homicidio y, desde luego, evitar que una persona tan mayor se viera de nuevo sentado en el banquillo de los acusados y, por ende, revivir la terrible experiencia vivida.

Los hechos

Fue en la noche del 1 de marzo de 2015 en Finca Carlota (nombre de su hija más pequeña), la residencia de Arafo donde se encontraban Jacinto, su esposa y su cuñada cuando los dos ladrones entraron en la misma armados con una pistola (que luego resultó ser simulada) y un punzón. Con dicha arma encañonaron a Jacinto, quien estaba en una estancia exterior viendo por televisión un partido del Real Madrid, y a punta de pistola lo llevaron hasta donde se encontraba su mujer. Felizmente, la cuñada pudo esconderse en un servicio, desde donde alertó a sus familiares. En ningún momento, los dos ladrones se percataron de la presencia de una tercera persona en Finca Carlota.

Las cosas se pusieron realmente feas para el matrimonio cuando los delincuentes no dudaron en torturar a la anciana, a quien uno de ellos le colocó una muñeca en el quicio de una puerta y empezó a cerrarla violentamente mientras el otro la pateaba cruelmente. Borrachos de violencia, los criminales fueron burlados por Jacinto, quien logró hacerse con el revólver Ruby del calibre 38 que guardaba en una pequeña caja fuerte de su habitación y que le había dado su hijo (ya fallecido) años atrás. El anciano, que nunca había pegado un tiro en su vida aunque llegó a sacarse una licencia de caza, abrió fuego con tan escasa pericia que la bala dio en el suelo y acabó derribando un cuadro del rebote.

Pero, aparentemente, había surtido el efecto deseado, porque los dos ladrones salieron huyendo como alma lleva el diablo, justo lo que, como explicó durante el juicio, deseaba buscaba Jacinto. Más ¡ay! Jonás volvió sobre sus pasos con la pistola simulada y el punzón por delante, y el instinto de supervivencia afinó la pericia del anciano. El segundo tiro “impactó en el lado izquierdo del rostro de Jonás C.R., quien se encontraba con herida de entrada por encima del labio superior, desgarrándole el proyectil la yugular y siendo expulsado por el lado derecho del cuello”.

Jonás todavía llegó a dar unos pasos antes de desplomarse, muerto, en el patio contiguo a la estancia donde se encontraban en ese momento.

La sentencia

Mientras el ladrón que logró escapar (entonces un menor de edad, de 17 años) respondía por sus acciones como tal, Jacinto Siverio fue juzgado en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife por un tribunal de jurado popular compuesto por siete mujeres y dos hombres que apreció la eximente por legítima defensa, pero de forma incompleta, al entender que la respuesta de Siverio no estaba proporcionada a la amenaza que sufría. Dicha decisión fue catalogada por el propio magistrado que firmó la sentencia como “sumamente leve o sutil”, pero, como es sabido, la decisión al respecto es del jurado popular, esté no de acuerdo el juez en cuestión.

El penalista tinerfeño Avelino Míguez junto a su cliente, Jacinto Siverio, tras conocer la sentencia condenatoria. Fran Pallero

 

Como no podía ser de otra manera, tanto la Fiscalía como el abogado defensor de Jacinto, el conocido penalista tinerfeño Avelino Míguez, recurrieron ante el Tribunal Superior de Justicia de Canarias, que apreció plenamente la postura del Ministerio Público, pero solo parcialmente la de la defensa. Es decir, se anuló la sentencia al entender que se dictó con “falta de motivación”.

Ahora el Supremo confirma que Jacinto tendrá que volver a sentarse en el banquillo.

El otro ladrón: “Habría hecho lo mismo que Jacinto e incluso peor”

Cristian, el ladrón que escapó de la vivienda cuando Jacinto Siverio logró hacerse con un revólver, tenía 17 años cuanto tuvieron lugar los hechos (2015), pero fue citado como testigo durante el juicio al anciano por la muerte de su compinche. Las palabras de Cristian no pudieron sonar más claras aquella mañana de abril en el Palacio de Justicia capitalino: “Si me hubiera visto en su situación, habría hecho lo mismo que Jacinto, e incluso peor”. declaró, arrepentido por lo sucedido.

 

Con condena en costas a la familia del muerto tras dos años de espera

Dos interminables años ha tardado el Tribunal Supremo en decidir si admitía o no a trámite el recurso de casación interpuesto por la familia de Jonás, el intruso que resultó muerto de un disparo efectuado por un anciano tinerfeño, Jacinto Siverio, durante un violento atraco en el que no faltaron las torturas a su mujer, entonces de 69 años de edad. En el descargo del Alto Tribunal, en esos dos años la misma Sala de lo Penal celebró el juicio del procés, y sin duda el estado de alarma no ayudaría a agilizar las tramitaciones pendientes.

Sea como fuere, dicha sentencia, que fue comunicada ayer a las partes y cuya copia obra en poder de DIARIO DE AVISOS, no solo inadmite a trámite el recurso en cuestión sino que además condena en costas a la familia de Jonás.

En cuanto al motivo por el que se rechaza el recurso, el Alto Tribunal lo tuvo muy claro desde que analizó la documentación, por cuanto el artículo de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que detalla los supuestos en que se admiten las casaciones añade un precepto que no deja lugar a las dudas: “Quedan exceptuadas aquellas que se limiten a declarar la nulidad de las sentencias recaídas en primera instancia”. Como es el caso.

Cronología

Marzo 2015
Fue en la noche del día 1 cuando Jonás y Cristian se colaron en la casa de Arafo donde estaban Jacinto y su mujer (y su cuñada, que se escondió en un servicio). Les pegaron y torturaron para robarles hasta que el anciano pudo hacerse con un revólver y efectuó dos disparos. El primer tiro fue al suelo. La segunda bala acabó con la vida de Jonás, de 26 años.

Abril de 2018
Un Tribunal de Jurado popular aprecia como incompleta la eximente de legítima defensa y condena a dos años y medio de prisión a Jacinto por homicidio, así como a otros dos años de cárcel por tenencia ilícita de armas. El propio juez reconoce que la supuesta falta de proporcionalidad es “sumamente sutil”, y tanto la Fiscalía como la defensa recurren al TSJC.

Julio de 2018
El Tribunal Superior de Justicia de Canarias opta por anular todo el juicio al entender que la sentencia adolece por “falta de motivación”. Ello obliga a repetir de nuevo la vista oral contra Jacinto, pero la familia del fallecido, Jonás, presenta un recurso de casación ante el Tribunal Supremo, disconforme por la anulación de las penas contra el anciano.

Mayo de 2020
Tras dos años de larga espera, el Tribunal Supremo comunicó ayer a las partes su decisión de no admitir siquiera a trámite el recurso de la familia de Jonás, por cuanto la ley es tajante a este respecto y dispone que no hay casación si se trata, como es el caso, de una decisión judicial que, como la del TSJC, se limita a declarar la nulidad de una sentencia dictada en primera instancia

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