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Los ocho minutos y 46 segundos que impulsaron un movimiento

La muerte de un hombre afroamericano, George Floyd, a manos de la Policía en EE.UU. ha motivado la organización de manifestaciones en todo el país; la brutalidad y el sadismo con que el agente estrangula al ciudadano, aun perdiendo la conciencia, quedaron grabados
El FBI y el Departamento de Justicia de Estados Unidos han iniciado una investigación para esclarecer los hechos, acusando al policía y a sus compañeros de asesinato en tercer grado. DA

Las atroces imágenes del ya exagente de policía Derek Chauvin ejerciendo presión con su rodilla sobre el cuello de un hombre afroamericano inmovilizado y pidiendo clemencia (“Por favor, no puedo respirar”), George Floyd, que murió como consecuencia de dicha actuación, han dado la vuelta al mundo. En Minneápolis, ciudad estadounidense en la que tuvo lugar el lamentable suceso, se han organizado varias manifestaciones consecutivas, que han supuesto saqueos e incendio de contenedores e instalaciones públicas, hasta el punto de que, vista la imposibilidad de contener a los miles de manifestantes, se ha decretado el toque de queda, y el presidente del país, Donald Trump, ha ofrecido ayuda del Ejército para controlar la situación.

En Estados Unidos ya se habían producido incidentes similares entre la Policía y personas hispanas o afroamericanas, sin embargo, a diferencia de otras ocasiones, la brutalidad y el sadismo con el que actuó Chauvin quedaron grabados en vídeo. En la pieza audiovisual, captada con el teléfono móvil de un transeúnte, se puede observar cómo el agente “mantuvo su rodilla sobre el cuello del señor Floyd durante ocho minutos y 46 segundos, a pesar de que a los dos minutos y 53 segundos el señor Floyr dejó de responder a los estímulos”. Así se se recoge en el documento presentado por la Fiscalía del condado de Hennepin contra el expolicía.

Las movilizaciones reclamando justicia por la muerte de Floyd se han extendido a otros lugares de la nación, como la propia capital, Washington. Una circunstancia que ha obligado a cerrar las puertas de la Casa Blanca. “No puedo respirar” es el lema de las marchas, que simboliza la lucha de personas de determinadas etnias que son objeto de desproporcionadas actuaciones policiales.

De hecho, tal ha sido la repercusión que ha alcanzado el caso, que el FBI ha iniciado una investigación para esclarecer los hechos, si bien el citado exagente y los tres compañeros que estaban junto a él han sido destituidos y detenidos como presuntos autores de un asesinato en tercer grado y homicidio involuntario en segundo grado.

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