Cada vez estamos más familiarizados con el concepto de nueva normalidad, aunque las circunstancias en las que se desarrollará se van definiendo poco a poco. Canarias sería una de las primeras comunidades en entrar en esa etapa (desde el lunes), tal y como explicó el presidente del Gobierno regional, Ángel Víctor Torres, esta semana. Las buenas cifras tanto de contagios como de fallecimientos -sumando siete días sin decesos por la enfermedad- hacen de las Islas el lugar idóneo para dar paso a esa realidad diferente, en la que el uso de la mascarilla y el distanciamiento social seguirán presentes, según lo previsto, hasta que haya vacuna.
Pero incluso respecto a estas pautas para prevenir la expansión de la Covid-19, que hemos escuchado sin parar durante la crisis sanitaria, el Ministerio de Sanidad ha hecho algunas matizaciones. En la rueda de prensa que ofreció ayer el titular de la cartera estatal, Salvador Illa, para dar a conocer el contenido del decreto que regulará la vida en España tras abandonar la fase 3 de desescalada, en la que se encuentra actualmente el Archipiélago, aseguró que la distancia entre individuos pasará de los dos metros que conocíamos hasta ahora al metro y medio. Asimismo, en el documento se define a cuánto ascienden las sanciones por no hacer uso de la mascarilla en cualquier lugar público donde no sea posible “garantizar el mantenimiento” de la separación interpersonal, aparte del transporte público, con multas de hasta 100 euros para los infractores.
Por otro lado, los expertos están divididos en lo concerniente a la posibilidad de que haya una nueva oleda de contagios por coronavirus sobre el mes de octubre. La directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la española María Neira, señala que es cada vez más improbable que se pueda dar un rebrote en otoño, mientras otros miembros del gremio, como el catedrático de Microbiología, Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de La Laguna Antonio Sierra sostienen que es “inevitable” sufrir otro embate de la pandemia a finales de año.
Además, a estas disparidades de criterio entre la comunidad científica se une una investigación de Harvard que apunta a que el virus pudo estar circulando por China desde el mes de agosto, pues en las imágenes por satélite se aprecia más movimiento en urgencias por esas fechas. En el estudio británico también se hizo un análisis de las búsquedas en Internet relacionadas con síntomas de la enfermedad, las cuales, de igual manera, experimentaron un incremento el verano pasado, intensificándose en septiembre.
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