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Europa reconoce nuestra singularidad

La Unión Europea ha vivido unas jornadas históricas que la consolidan y le permiten mirar con esperanzas el futuro. Han sido muy positivos los acuerdos establecidos por los jefes de Estado y de Gobierno en su reciente cumbre. Con el avance en el proceso de aprobación del nuevo Marco Presupuestario Plurianual 2021-2027 (1,074 billones de euros) y en el que mejoran las partidas destinadas a las regiones ultraperiféricas de las que forma parte Canarias. Y la aprobación de los fondos de reconstrucción (750.000 millones), recursos adicionales que se añaden al presupuesto durante el período 2021-2023 que posibilitarán afrontar en mejores condiciones las consecuencias sanitarias, económicas y sociales de la pandemia de la Covid-19, y que supone una respuesta muy diferente a la que se dio a la crisis en 2009-2014, destinando en esta ocasión cuantiosos recursos públicos mediante deuda mancomunada, no cada país por su cuenta, para afrontar la reconstrucción, correspondiéndole al Estado español más de 140.000 millones de euros.

Frente a las políticas de austeridad y recortes que se impusieron en la crisis financiera de 2009-2014, con graves consecuencias en los servicios públicos, que sufrieron un severo deterioro, y un enorme daño social en forma de cierre de empresas, desempleo, empobrecimiento o desahucios, la actitud ahora ha sido bien distinta. Pese a la resistencia de Holanda, Austria, Dinamarca o Suecia, se han adoptado decisiones que pueden ayudar a salir de su crítica situación a los estados más damnificados por la pandemia, con relevantes caídas de su PIB y aumento significativo del desempleo, casos de Italia o España, así como Francia o Portugal.

Se puede argumentar que estamos ante un avance en la solidaridad en la Unión Europea, de un mejor entendimiento de un europeísmo que no puede dejar atrás a nadie, que no puede basarse en decisiones que solo benefician a los estados más potentes de la Unión y a las principales corporaciones privadas. Pero también es una cuestión de pragmatismo. Los dirigentes políticos más sensatos del norte europeo son plenamente conscientes de que una caída libre de los estados del sur también afecta a sus producciones y que una salida injusta a esta crisis pondría en cuestión a la propia UE, al impulsar el creciente euroescepticismo y dar más aire a las formaciones de ultraderecha. Desafecto que ya se produjo en la anterior crisis.

Es cierto que en el pacto para el fondo de reconstrucción se producen algunas rebajas con relación a las pretensiones iniciales. Pero también que fueron derrotadas las posiciones maximalistas de los llamados países frugales, nada propensos a establecer compromisos mediante transferencias. Se mantiene el paquete global de 750.000 millones de euros. Pero los 500.000 millones en subvenciones no reembolsables se reducen a 390.000, quedando el resto en créditos. Pero sigue siendo un buen acuerdo, del que al Estado español le corresponden 140.000 millones, de ellos 72.000 en ayudas a fondo perdido. Además, apunta en la línea adecuada que los recursos se dirijan preferentemente a la digitalización y al impulso de la economía verde.

La UE se endeudará de forma masiva por primera vez en su historia; se ha producido una corresponsabilización del conjunto de la Unión que, sin duda, fortalece la unidad europea; y, asimismo, se confirma el enorme esfuerzo realizado por los estados del sur, liderados por Sánchez y Conte, el trascendental papel jugado por el eje franco-alemán y el protagonismo y liderazgo de Angela Merkel. Representa, asimismo, un balón de oxígeno para el Gobierno de coalición que preside Sánchez y un paralelo estropicio para los presuntos patriotas, amplios sectores de la oposición española y canaria, que estuvieron más cerca de las insolidarias tesis holandesas y que, por estrecho partidismo, deseaban que la cumbre no llegara a buen puerto, postura bien distinta a la mantenida por la oposición política en Italia o Portugal.

El Gobierno español está ahora en mejores condiciones para elaborar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2021, tras dos años con cuentas públicas prorrogadas. En los PGE Canarias necesita respuestas específicas como una de las comunidades más dañadas en su economía y en su empleo. Nos esforzaremos para obtener la máxima asignación posible en el reparto que hará el Ejecutivo estatal del Plan de Recuperación y reclamaremos planes específicos para Canarias, entre otros, en materia turística, porque nos basamos en datos constatables y porque nuestro Régimen Económico y Fiscal contempla un trato diferenciado. Respuestas que deben separarse de las que nos corresponden como RUP de la UE y que tratan de compensar nuestra lejanía. Igual que la UE destina más fondos a los estados más afectados por la pandemia, el Estado español debe hacer lo propio con las comunidades más gravemente perjudicadas por la misma.

En ese sentido, la otra gran decisión es el avance sustancial en la senda de aprobación del presupuesto europeo para 2021-2027 que se sitúa en 1,074 billones de euros, poco menos que el anterior pese a que ya no está un contribuyente neto como el Reino Unido. En él las regiones ultraperiféricas recibirán 1.928 millones de euros del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y del Fondo Social Europeo (FSE) para todo el septenio, incluyéndose por primera vez en este último programa una dotación específica para las RUP de 473 millones. Consolidándose también el Fondo de Cooperación Territorial con una cantidad global de 271 millones.

Esos 1.928 millones suponen un aumento significativo con relación a los 1.400 del actual período 2014-2020. Su reparto será poblacional: 40 euros por habitante y año durante cada uno de los siete años del Marco Financiero. Hasta ahora la asignación era de 30 euros por habitante y año, lo cual supone para Canarias un aumento de 147 millones de euros, algo más del 30 por ciento, sobre los 513 millones del presupuesto en vigor. Por otra parte, el porcentaje de cofinanciación de proyectos estratégicos se mantiene en el 85%. Es decir que, de cada 100 euros, 85 los aporta Europa y los otros 15 les corresponden al Estado y Canarias. Hay que recordar que hace solo unos meses algunos dirigentes europeos plantearon rebajarlos al 70%. Con relación al sector primario, en el nuevo presupuesto europeo se vislumbra un descenso en la Política Agraria Común (PAC) que puede afectar a las cantidades asignadas al POSEI en el vigente periodo 2014-2020. No obstante, este capítulo queda todavía pendiente de negociación y hay que defender en los trámites en el Parlamento europeo el mantenimiento de las cifras vigentes.

En definitiva, Canarias sale bien parada en el ámbito europeo. Ahora le toca al Gobierno de España estar a la misma altura. Desde los PGE para 2021, pasando por el reparto de los fondos de reconstrucción, así como permitiendo a Gobierno canario, ayuntamientos y cabildos usar sus ahorros, y, si fuera necesario, posibilitando el endeudamiento de la Comunidad. Contribuyendo para que la recuperación económica y social de las Islas se produzca en las mejores condiciones posibles. Europa ya le ha mostrado el camino de respeto a nuestras singularidades y ahora corresponde al Gobierno español intensificar su compromiso firme frente a la gravedad de la crisis económica en Canarias.

*Vicepresidente del Gobierno de Canarias y consejero de Hacienda, Presupuestos y Asuntos Europeos.

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