
En Canarias, solo hace falta un ligero runrún para que repiqueteen los tambores de moción de censura, un verdadero deporte nacional canario. Y ayer fueron las declaraciones del presidente del Partido Nacionalista Canario, el parlamentario Juan Manuel García Ramos, quien afirmó que sobran los motivos para censurar al presidente canario, el socialista Ángel Víctor Torres, a la vuelta del verano.
Pero las declaraciones de García Ramos no son un brindis al sol. Anticipan una complicada operación que lleva ya tiempo en marcha y que pretende desalojar a Torres. CC estaría dispuesta a ceder la presidencia al PP, con una vicepresidencia primera para los nacionalistas, que ocuparía Narvay Quintero, y una vicepresidencia segunda (no prevista en el Estatuto de Autonomía) con la que CC quiere tentar a Cs. Para que esto saliera adelante, se necesitaría el concurso de la Agrupación Socialista Gomera de Casimiro Curbelo.
“Las censura no se anuncian”, respondió ayer en DIARIO DE AVISOS el presidente Torres a las declaraciones de García Ramos. “No tengo información, pero creo que es una cosa de García Ramos y su minoritario partido dentro de CC. Que haga lo que considere necesario. Alguno cree que el Gobierno canario es de su propiedad y da igual lo que digan y voten mayoritariamente los canarios. Es añoranza de poder”, afirma Torres. “Los que estén en la conspiración, y García Ramos evidencia que lo está, que se lo expliquen a la sociedad canaria”.
Clavijo vuelve a intentar la vía conservadora que no fraguó después de las elecciones. En ese momento, el impedimento fue Cs, que no apoyó a Clavijo por estar imputado por el Caso Grúas. Y luego Asier Antona, el expresidente regional del PP, que se negó a apoyar una operación con su compañera Australia Navarro de candidata a la presidencia que contaba con el visto bueno de CC, ASG y el propio PP en Madrid. Pero los gomeros finalmente optaron por el Pacto de Progreso ante la inviabilidad del acuerdo de centroderecha.
Desde entonces, Clavijo intenta con Teodoro García Egea, secretario general del PP, repetir la operación. Aunque Casimiro Curbelo, siempre ha manifestado su apoyo a Ángel Víctor Torres, en los cenáculos del pacto inquietó su ofrecimiento de la viceconsejería de Turismo a Ricardo Fernández de la Puente, diputado regional de Cs, que hubiera sido sustituido en el Parlamento por Teresa Berástegui, siguiente en la lista, que estuvo en el ajo de las negociaciones del pacto conservador y ahora es precisamente viceconsejera del Pacto de Progreso tras una conversión súbita al socialismo gomero.
Hasta ayer, el diputado de Cs, Ricardo Fernández de la Puente, aseguraba que no había ninguna negociación ni acuerdo con CC. “Nada de nada”. Fuentes de Cs a nivel nacional aseguraban que la posibilidad de una moción no se ha tratado en la Ejecutiva del partido, y que la censura en Santa Cruz no ayuda al acercamiento entre ambos partidos. Allí, CC pactó con PP y con una tránsfuga de Cs para desalojar a la socialista Patricia Hernández, que, tras varios vaivenes internos de Cs, contó en los últimos tiempos con el apoyo de la formación naranja.
Pero, en su desesperación por volver al poder, CC también maneja la posibilidad de un pacto con el PSOE, que es la opción que siempre ha buscado el socialista grancanario Sebastián Franquis. “A mí me salen otras cuentas”, afirmó hace poco un alto dirigente socialista en referencia al pacto PSOE-CC cuando se le deslizó que Curbelo podría pasarse al lado conservador. Un pacto entre el PSOE y los nacionalistas dejaría al gomero fuera de juego.
También debilitaría su influencia un pacto nacionalista de CC, NC y PP. Sin embargo, esta hipótesis, que no disgusta entre algunos partidarios de la reunificación nacionalista cuenta con el rechazo de Clavijo, muy reticente a pactar con Rodríguez, y de los sectores más progresistas de Nueva Canarias, que abominan de cualquier acercamiento a ATI-CC. Además, a Torres siempre le queda una última bala que le permite el estatuto si ve que los aliados se le escapan: convocar elecciones y dejarlos pasmados.
Llega el verano y hay quien prefiere tramar que disfrutar de l a playa y el paseo al atardecer. “Como en Börgen [magnífica serie sobre política danesa], tendremos que acostumbrarnos a que una coalición es una renovación diaria del pacto”, decía hace unos días un dirigente socialista. “A que estos rumores suenen permanentemente. Y mientras, seguir gobernando”.