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La marcha del emérito provoca un ‘terremoto’ institucional en España

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (PSOE), quiso separar a la Corona de los asuntos personales de Juan Carlos I, mientras el vicepresidente Pablo Iglesias (Podemos) llegó a hablar ya de república

El particular exilio del rey emérito, Juan Carlos I, ha provocado un terremoto institucional de magnitudes aún por determinar, incluido en el Gobierno, que puso de manifiesto ayer las disparidades de criterio entre socialistas y podemitas a la hora de hacer una lectura sobre la marcha del monarca. Pedro Sánchez (PSOE), durante su rueda de prensa de cierre de la mitad del curso político, al término del último Consejo de Ministros antes de las vacaciones de verano, señaló, repitiéndolo como un mantra, que “lo que se juzga no son instituciones, se juzga a personas”. Un mensaje de respeto hacia la institución de la Jefatura del Estado, pero con reservas hacia el futuro judicial del Emérito que contrastaba con los posicionamientos de los miembros de Podemos en el Ejecutivo, como el vicepresidente Pablo Iglesias, que llegó a escribir en Twitter que “en España se abre paso, empujado por los jóvenes, un horizonte republicano que más pronto que tarde se hará realidad”.

La delicada situación de Juan Carlos I, investigado por el presunto origen ilícito de su fortuna, motivó su marcha del país el pasado domingo. Su viaje fue comunicado un día más tarde, y, si bien fuentes cercanas a la Corona indican que pudo haber hecho escala en Portugal, se desconoce si ha abandonado la nación lusa o, por el contrario, permanecerá allí algunos días más. Lo que parece claro es que su destino final será República Dominicana; es más, dentro de la opacidad que rodea a los movimientos del emérito, se habla ya de que se está preparando una estancia especial para que permanezca, durante un largo periodo, en el Caribe.

Otra de las reacciones que quiso profundizar en las discrepancias ideológicas entre los partidos del Gobierno fue la del presidente de los populares, Pablo Casado, que dijo lamentar que Sánchez “no defienda al rey de los ataques intolerables de su vicepresidente. La responsabilidad de cualquier acción del Gobierno es suya, así como la de defender la Constitución de las amenazas de los suyos”.

Asimismo, en una jornada en la que se recordaron las informaciones en exclusiva publicadas por EL ESPAÑOL sobre los casos por los que está siendo investigado Juan Carlos I -escándalos incubados durante tres lustros- el coronavirus pasó a un segundo plano, monopolizando la actualidad y recordando su trayectoria, especialmente, los episodios concernientes a la Transición a la democracia, de la que fue garante.

Juan Carlos I y Canarias, una relación estrecha, pero con reservas

El rey emérito, a lo largo de sus casi cuatro décadas como jefe de Estado, mantuvo una estrecha relación con Canarias, comunidad donde conserva algunas amistades. Desde sectores que han sido cercanos al monarca, más allá de las investigaciones en manos de la justicia, destacan su papel clave para la Transición.

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