cultura

Bibli acoge la muestra colectiva ‘De lo que no se dice, porque no es necesario decir o no puede decirse’

La exposición, que puede visitarse en Santa Cruz hasta el 11 de septiembre, reúne obras de José Herrera, Juan de la Cruz y Jesús Hernández Verano
La exposición puede visitarse hasta el 11 de septiembre. / DA

La galería de arte Bibli, en la calle San Francisco Javier, 15 de la capital tinerfeña, ofrece hasta el próximo 11 de septiembre la exposición colectiva De lo que no se dice, porque no es necesario decir o no puede decirse, que reúne obras de José Herrera, Juan de la Cruz y Jesús Hernández. La muestra puede visitarse en horario, de lunes a viernes, de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas.

El silencio, lo manual como medida temporal, lo simple, la contención…. Son elementos cruciales de los que se nutren los artistas José Herrera, Jesús Hernández Verano y Juan de la Cruz.

El espacio, lo oculto, lo íntimo, la soledad, la conciencia, la fragilidad, la tristeza, lo mágico, el paisaje interior, porque el real está amenazado de muerte, la decepción, el otro, lo primario… son conceptos con los que siempre ha trabajado José Herrera. Lo visceral, lo sensible, lo femenino, la muerte…, lo poético, la intuición, la energía…, es decir, el ciclo está siempre empezando, siempre abierto, inconcluso. Su trabajo siempre parte del silencio, de su silencio. Ese silencio, esa forma reflexiva e intimista de su proceso de trabajo parece como grabada en el resultado final, y esa resistencia obliga a la demora de la mirada, nos conduce a un ensimismamiento donde razón y piel, reflexión, sentidos y sentimientos se movilizan.

Juan de la Cruz llevó el arte textil a finales de la década de los 70 a una concepción escultórica que afectaba el espacio y ofrecía una experiencia sensorial. Revisitadas, sus obras muestran un refinamiento, un rigor vanguardista y una pertenencia expresiva que no sólo obliga a rescatarlas para la historia, sino que es susceptible de lecturas en clave de contemporaneidad. Sus textiles muestran el atrevimiento y la voluntad de dialogar con el pasado, entendido como un palimpsesto cultural.

Las instalaciones de Jesús Hernández Verano se despliegan, se abren como interrogantes. Cuestiones muy particulares, meditaciones íntimas, casi secretas, interrogaciones que, en definitiva, nos afectan a todos en la medida en que cuestionan el cuerpo y, con él, el tiempo. Pues solo somos tiempo por nuestros cuerpos.

Oro, sangre, huella, forma silueta, deseo, perforación, herida, agujero, cuerpo, policromía, miembro, abrazo, ornamento, piel, negritud, arruga, nudo, sedimento, huella, corte, ojiva, espejo… Imágenes de presencia y de ausencia, de vulnerabilidad pero también de protección, de sanación. En la obra de Jesús Hernández Verano se manifiestan todas las referencias e imágenes como parte de esa realidad abierta o expuesta de la verdad, de la vulnerabilidad esencial del cuerpo en la conexión más directa con lo real.

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