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La Gran Enciclopedia Virtual de las Islas Canarias hace su ‘última llamada’ de socorro

Pedro Hernández Guanir lamenta que "la desidia, el desconocimiento y la mala fe" puedan dar al traste con Gevic, uno de los proyectos culturales más ambiciosos gestados en el Archipiélago
El Catedrático de Psicología y divulgador Pedro Hernández Guanir. / Fran Pallero

Están las historias de éxito, pero también las que reúnen todos los elementos para serlo y, sin embargo, fracasan. No por aquello tan recurrente de los imponderables, sino por una mezcla de negligencia y, quizás, premeditación. Si nadie lo remedia, la Gran Enciclopedia Virtual de las Islas Canarias (Gevic), uno de los proyectos culturales más ambiciosos, documentados y rigurosos de los que se hayan gestado en el Archipiélago, puede correr esa suerte.

“Empezamos este proyecto hace ya más de 15 años -señala Pedro Hernández Guanir– y, en lo que se refiere al respaldo institucional, en todo este tiempo únicamente hemos recibido una retahíla de promesas que nunca se llegaron a cumplir, a lo que hay que sumar la desidia, el desconocimiento, la mala fe y hasta el hostigamiento”.

Catedrático de Psicología y divulgador tinerfeño, Hérnandez Guanir es el director de Gevic y también de Natura y Cultura de las Islas Canarias, una obra de absoluta referencia para adentrarse en el conocimiento de todo aquello que configura la identidad del Archipiélago y de los isleños. “Natura y Cultura se editó por primera vez en 1977 y paulatinamente se fue renovando y actualizando”, señala. “Todo ello contando con la colaboración y el aval de relevantes personalidades, auténticos sabios en sus respectivas materias”, subraya. “Pues bien, Gevic, la Gran Enciclopedia Virtual de las Islas Canarias, multiplica por 10 los contenidos de ese libro, incorporando novedosos materiales didácticos, con originales animaciones multimedia que no se encuentran en enciclopedias digitales análogas”.

Impulsada por Pedro Hernández Guanir, Pedro Félix González y con “el apoyo excepcional” del desaparecido Pedro Molina, la continuidad de Gevic resulta ahora mismo incierta y todas las personas que se han implicado de forma directa o indirecta en ella lanzan “una última llamada de socorro”.

COSTE INASUMIBLE

“Durante todo este tiempo -expone Hernández Guanir- hemos ofrecido Gevic como un servicio público y gratuito, confiando en las promesas que nos hicieron el Gobierno regional o los cabildos, incluso costeando de nuestro bolsillo una plantilla de 17 especialistas en Geografía, Historia, Arte, Literatura, Diseño Gráfico, Informática… Esto nos ha supuesto una deuda millonaria y también nos ha costado, en buena medida, la salud. Ahora es imposible seguir luchando solos por lo que debería ser valorado como un tesoro cultural”.

Frente al nulo apoyo de la Administración pública -“y de los palos en las ruedas que nos han puesto, incluyendo los informes distorsionados de un jurista, al tiempo que se silenciaban las extraordinarias valoraciones de los expertos”-, han sido numerosas las muestras de respaldo recibidas en busca de la continuidad del proyecto: desde el Consejo Escolar de Canarias al diputado de Sí Podemos Manuel Marrero, el profesor de Geografía Vicente Manuel Zapata y otros muchos docentes, expertos, asociaciones culturales y sociales.

EL TORTUOSO CAMINO HACIA UNA SOLUCIÓN POR PARTE DEL GOBIERNO DE CANARIAS

Ya son más de 3.000 las firmas que solicitan al actual Gobierno regional que continúe con la tramitación del expediente para la adquisición de la Gran Enciclopedia Virtual de las Islas Canarias. Este objetivo, buscado desde el mismo inicio del proyecto, se ha revelado como un imposible a tenor de las sucesivas dilaciones, obstáculos y silencios formulados por los anteriores ejecutivos autonómicos. No obstante, pese a que el silencio institucional prosigue, Pedro Hernández Guanir alude a la receptividad expresada por el vicepresidente del Gobierno de Canarias, Román Rodríguez. Precisamente, uno de los más activos entre los muchos defensores de Gevic, el humorista grancanario Manolo Vieira, ha tenido la oportunidad de conversar con él y mostrarle su preocupación. A partir de este encuentro hay un prudente optimismo.

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