superconfidencial

¿Nos estamos volviendo locos?

Al mismo tiempo que un prestigioso abogado español asegura que el número de divorcios durante el confinamiento fue “bestial”, la actriz Verónica Forqué opina que el matrimonio no está bien inventado, porque es aburrido y un coñazo, y que por eso todo el mundo se divorcia. La mitad de los ingresos hospitalarios por enfermedades mentales durante el confinamiento lo fue por intentos de suicidio. Y Torra exige que el Gobierno actual y ¡el rey! pidan perdón a los catalanes por el fusilamiento de Lluís Companys, presidente que fue de aquel Gobierno regional, ¡hace 80 años! La vacuna del coronavirus, una de ellas, produce, además de mielitis, ¡accidentes de tráfico! Y cagaleras. Y leo en El Español que el nuevo moño de Pedro Sánchez se llama bailarina y que su actual peinado se parece al de La Pasionaria. Díganme ustedes si, uniendo todo esto y más cosas, no merezco la ingesta de un tubo de pastillas e irme a pasear al valle de Josafat. Unan a todo ello, si quieren, que una tal Lydia Lozano, que sale en Sálvame y presume de palmera, dijo en la tele que el plantón de platanera es un árbol y que a sus pies nacen los aguacates. Menos mal que no dijo que las rapaduras eran supositorios. Como aquel gobernador, Quiroga de Abarca, que llamó gomeranos a los gomeros y les conminó a sacar dos piñas por plantón, aunque es verdad que alguna vez se da el caso. Sobre un montón de pinocha de una huerta platanera portuense de mi abuelo sacó Ángel Millán, desnuda en pelota, a Bárbara Rey, como he contado alguna vez, para solaz de los lectores de Interviú. Yo estaba allí, Lydia, en estado de excitación profesional, supongo: era muy joven. Este cóctel revela que este mundo se está volviendo completamente loco; pero también yo tengo mis limitaciones narrativas, merced a lo políticamente correcto. Porque hay mucho más.

TE PUEDE INTERESAR