tribuna

Plan Reactiva: financiación y gestión

Es enorme el daño causado por la pandemia de la COVID-19 en todo el mundo. Por las personas que han enfermado, desbordando la capacidad de los sistemas sanitarios, unos sistemas que, en muchos lugares, son tremendamente débiles; y, especialmente, por el millón de fallecidos hasta ahora. También son muy graves sus efectos económicos y sociales. Importante destrucción de empresas. Masiva pérdida de empleos. Crecimiento significativo de la pobreza, agudizado más aún en los estados con gran peso de la economía sumergida, aumentando además la brecha de género al ser las mujeres las más perjudicadas, como denuncia la ONU, al ser mayoría “en los empleos informales, precarios o sin contrato”. Reducción significativa de los ingresos de las administraciones públicas, justo cuando estas tienen que afrontar más gastos por las crecientes necesidades que supone la pandemia. Nos encontramos en medio de una grave recesión de la economía que, como bien sabemos y sufrimos en el Archipiélago, perjudica mucho más a sectores como el turismo, parte fundamental de nuestra riqueza y de nuestro empleo, por la drástica reducción de la movilidad aérea y por los temores a viajar en las condiciones actuales.

En estos últimos meses hemos pasado momentos muy difíciles. Hay que ser conscientes de que en absoluto hemos superado la presencia del virus y sus efectos. No podemos bajar la guardia. Estamos obligados a seguir combatiéndolo con decisiones y actuaciones de las administraciones en materia sanitaria; y, también, con corresponsabilidad ciudadana, cumpliendo las recomendaciones de higiene y distancia física, así como de correcto uso de las mascarillas. Y, al mismo tiempo, debemos llevar a cabo todos los esfuerzos para reconstruir la economía y recuperar los niveles de bienestar.

En esta ocasión, a diferencia de la crisis de 2009, han imperado las políticas anticíclicas en lugar de los recortes de los servicios públicos. La actual crisis sanitaria, económica y social ha posibilitado percibir con absoluta nitidez la gran relevancia que tiene lo público en nuestras vidas. Por supuesto, en el papel de la sanidad y de sus profesionales. También de los docentes y de quienes velan por nuestra seguridad. De las personas dedicadas a los cuidados de nuestros mayores. O de las encargadas de mantener limpias nuestras calles y plazas. Y de sectores privados fundamentales, como los de distribución y comercialización de alimentos.

Pero el papel de lo público no queda restringido a la educación, la sanidad o los servicios sociales, por trascendentales que estos sean. Está siendo esencial en el conjunto de la economía y en el empleo. Es el pulmón que hoy los mantiene vivos. Con los ERTE, las ayudas a los autónomos, las ayudas vitales a los más vulnerables, los créditos a las pequeñas y medianas empresas, el aplazamiento de obligaciones tributarias, el impulso a las inversiones… Los planes de reconstrucción canario, estatal y europeo también van a suponer un enorme estímulo desde lo público a la actividad del sector privado, y al mantenimiento y la generación de empleo.

Abordar la enorme tarea de la reconstrucción que tenemos por delante exige las sinergias de toda la sociedad. Por eso, el 30 de Mayo, el día de nuestra nacionalidad, se produjo la firma del Pacto para la Reactivación Social y Económica de Canarias, impulsado por el Ejecutivo canario y apoyado por la mayoría de las fuerzas parlamentarias, cabildos, ayuntamientos, agentes económicos y sociales, colegios profesionales e integrantes del Tercer Sector.

Pacto y Plan Reactiva

Tras la firma del Pacto, se ha continuado desarrollando una ingente tarea de análisis de la actual crisis en nuestra Comunidad y de búsqueda de alternativas para afrontarla. En un proceso muy participativo, con más de un centenar de reuniones con representantes de la sociedad de las Islas, de los distintos sectores de la economía, del mundo sindical, de las universidades, corporaciones locales e insulares. Casi seis meses de diálogo abierto para alcanzar un documento con el máximo nivel de acuerdo: el Plan para la Reactivación Social y Económica de Canarias, presentado recientemente, y que próximamente aprobará el Gobierno y remitirá al Parlamento.

A partir de un profundo análisis de la situación, el Plan establece siete prioridades estratégicas y varios centenares de ejes, medidas y acciones. Las prioridades hacen referencia al mantenimiento de los servicios públicos esenciales, el refuerzo sanitario y sociosanitario, la atención y apoyo a las personas vulnerables, el mantenimiento y la recuperación del empleo, el impulso a la actividad económica y la agilización, simplificación, cooperación y coordinación en trámites administrativos. Así como el impulso a la Agenda Canaria de Desarrollo Sostenible.

En este ejercicio de 2020, el Plan cuenta con más de 1.400 millones de euros, de los que 547 millones corresponden al impulso de la actividad económica, 424 a refuerzo de los servicios públicos fundamentales, 200 a agilización y cooperación administrativa, 190 a empleo y 45 a atención y apoyo a personas vulnerables. Procedentes del Fondo Covid no reembolsable del Estado, del uso del superávit de la Comunidad Canaria, de la reprogramación de fondos europeos o de reajustes de las cuentas públicas canarias para este año 2020. La mayoría de estas medidas se han ejecutado o están en ejecución por parte del Gobierno de Canarias.

En el periodo 2021-2023 se desarrollará el global de las actuaciones previstas, con recursos provenientes del Next Generation EU, el Plan europeo de reconstrucción de 750.000 millones -exigiendo la aplicación de los mismos criterios que tanto han beneficiado al Estado español, es decir, que su reparto tenga en cuenta los territorios y sectores más afectados por esta crisis-, de los Fondos estructurales de la Unión Europea para el 2014-2020 y 2021-2027, de los Presupuestos Generales del Estado (PGE); además, pese a las dificultades e incógnitas, pretendemos sacar adelante las cuentas públicas canarias para 2021 en los plazos previstos. Centradas en el fortalecimiento de los servicios públicos, la atención a las personas vulnerables, el impulso a la actividad económica, el mantenimiento y recuperación del empleo y la firme apuesta por la sostenibilidad y la lucha contra la crisis climática.

Captar fondos para el Plan de Reactivación Social y Económica de Canarias resulta esencial. Pero, junto a ello, es imprescindible plantear proyectos viables, sostenibles, con valor tecnológico añadido y que den respuestas a las urgentes necesidades económicas y sociales en vivienda, carreteras, infraestructuras educativas y sanitarias, obras hidráulicas y, de manera especial, en el sector turístico; potenciando la economía circular y la economía azul, así como apostando por las energías renovables y la movilidad sostenible. Y no menos esencial resulta agilizar y organizar el funcionamiento de la Administración. Sin descartar para ello reformas legales, de orden estatal y canario, que puedan contribuir a que los proyectos se puedan desarrollar y poner en marcha en tiempo y forma, con eficiencia y transparencia, contribuyendo decididamente a una recuperación económica sostenible.

Una vez aprobado el Plan, por tanto, el reto siguiente es la financiación, y el gran desafío estará en hacer realidad, con organización y gestión, lo planificado y presupuestado.

*Vicepresidente y consejero de Hacienda, Presupuestos y Asuntos Europeos del Gobierno de Canarias

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