santa cruz

¿Qué pasa con las ludotecas públicas de Añaza y Ofra?

Los trabajadores viven en total incertidumbre ya que las mismas siguen sin funcionar. "Desde el Ayuntamiento nadie nos dice nada", lamentan

La situación de las trabajadoras de las ludotecas públicas de Ofra y Añaza comienza a ser desesperante. Es algo que sufren tanto ellas, como sus familias, y los usuarios después de que este importante servicio dejara de darse durante el confinamiento pero que, por razones que se desconocen, no haya sido retomado. Han escuchado “rumores”, pero ninguna comunicación oficial. Inmersas en un ERTE, la incertidumbre crece y crece.

Cinco meses llevan sin trabajar. Ya a finales de enero se les comunicó que la empresa para la que desarrollaban su labor perdió el servicio, tomándolo otra, hasta que llegó el coronavirus y, el pasado mes de marzo, el confinamiento total. Las actividades, como es lógico, se suspendieron, pero, aún tratando de atajar la pandemia, las mismas parecen haber quedado en el olvido.

“Tuvimos una reunión con la antigua empresa para decirnos que, finalmente, trabajaríamos con la nueva, pero nos comunicaron que el Ayuntamiento de Santa Cruz no les había dejado nada claro”, indica una de las trabajadoras con un lógico tono de preocupación. “No sabemos nada, si volvemos en septiembre, si seguimos con la misma empresa… Todo ello con un ERTE; estamos muy preocupadas”, indica.

Uno de los “rumores” es que se trata de una cuestión de seguridad, algo que no cuadraría con algunas actividades que se siguen llevando a cabo: “Los parques infantiles y las ludotecas están abiertas, con medidas de seguridad, pero abiertas. Si ese es el motivo, por el rumor que nos ha llegado, no lo entendemos, porque se trata de aplicar las mismas”.

Es más, el pasado mes de agosto, el CEIP Tíncer acogió un campus de verano que dejó programado el anterior equipo de gobierno, pero que el actual desarrolló sin ningún inconveniente, por lo que no parece que la seguridad sea el motivo para que las ludotecas no recobren su actividad: “Solo nos dan largas. Somos cuatro trabajadores así más los niños. Solían acudir una media de 20, pero lo peor es que, depende de quién llame a los distritos, te dicen una cosa u otra; es desesperante”.

Por ello piden una solución ante esta situación de parálisis, que también afecta a las actividades de verano, sobre todo deportivas, de las que la concejal, Alicia Cebrián, admitió no saber cuándo volverían a estar en marcha: “Escuchas muchas cosas, que los ERTE pasan al 50%, la incertidumbre te puede… Solo pedimos que nos digan algo. Creemos que es, como mínimo, lo que merecemos como trabajadores”.

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