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El restaurante El Líbano, 40 años de gastronomía en Santa Cruz

Mahmoud afirma que la clave del éxito de su restaurantes es mantener la materia prima de calidad, ofrecer el mejor servicio y cariño a los clientes e intentar mejorar el día a día
El restaurante El Líbano, 40 años de gastronomía en Santa Cruz. DA
El restaurante El Líbano, 40 años de gastronomía en Santa Cruz. DA

El restaurante El Líbano, sito en la calle Santiago Cuadrado número 36 de Santa Cruz, se ha convertido en un referente de la gastronomía de la capital tinerfeña. Su apertura fue en el año 1979 -ya han pasado más de 40 años- y desde entonces ha sobrevivido a todas las crisis económicas, y últimamente a la pandemia, ofreciendo lo mejor de la comida de ese país mediterráneo. El propietario del restaurante es Ali Mahmoud, quien llegó a la isla en el año 1977. Ahora es raro ir a El Líbano y no encontrárselo al frente del restaurante.

Mahmoud afirma que la clave del éxito de su restaurantes es mantener la materia prima de calidad, ofrecer el mejor servicio y cariño a los clientes e intentar mejorar el día a día. “Y sobre todo estar el pie del cañón”, afirma quien todavía acude a las cuatro de la mañana a Mercatenerife a comprar los productos.

Un hermano de Mahmoud fue quien le trajo a Tenerife cuando solo contaba con 13 años de edad y desde entonces se ha quedado en la isla trabajando. Al principio iba por los pueblos vendiendo ropa hasta que por fin se convirtió en el propietario del restaurante.

Cualquiera que haya comido o cenado en el restaurante sabe que Ali Mahmoud siempre está allí para recibir a los comensales -me alegro de verlos, es su saludo-, atenderlos e incluso no deja pasar la oportunidad de entrar en las cocinas para preparar alguno de los platos. En alguna ocasión se ha echado de menos su presencia, justificada por algún viaje realizado a su país para reunirse con sus familiares.

En el año 1990, en los V Premios de Gastronomía de DIARIO DE AVISOS el restaurante fue distinguido como Mejor Cocina Extranjera
Hoy en día, Santa Cruz es una capital donde abundan los restaurantes de comidas extranjeras (japoneses, chinos, italianos, etcétera) pero hace 40 años este panorama era bien distinto. En aquella época habían unos cuantos chinos, una taberna alemana unos años más tarde y, por supuesto, los italianos. Todo lo demás eran restaurantes de comida regional española. Un panorama que hacía difícil pensar que un restaurante libanés podría tener éxito o, más difícil aún, sobrevivir 40 años con varias crisis económica y la pandemia del coronavirus. Pero como dice Ali Mahmoud con “constancia, trabajo y sacrificio siempre hemos salido adelante”.

El Líbano siempre está ahí. Abre todos los días, domingos y festivos incluidos, hay comida para llevar (take away) y, ahora también lo llevan a domicilio (delivery) y precios ajustados, lo cual se agradece.

Entre los platos preferidos de los clientes está el tabule (ensalada de tomate, trigo y perejil); hummus (garbanzos molidos con tahine); pincho libanés de pollo o solomillo; kipe naye (carne con trigo y especies libanesas); jaruf mehshe (cordero al horno con arroz y frutos secos); o los fatayer (empanadillas que pueden ser de carne, espinacas o queso).

El Líbano ha cuidado siempre los postres típicos de su países que además vende con éxito al público. Se pueden degustar el baklewe (hojaldre relleno de pistachos, nueces y miel); mahalaviye (natillas con pistacho y miel); aysh elsraya (galleta molida con nata y pistacho); chayviye (hojaldre relleno de nata) o el yogur con miel.

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