nieves bravo, actriz

Nieves Bravo: “En el humor he encontrado un tesoro”

Una esfinge de la interpretación que irradia energía con su ingenio
Nieves Bravo, actriz. / DA


Nieves Bravo, actriz. / DA

Se siente teatrapada, en expresión suya. Nieves Bravo es una esfinge de la interpretación que irradia energía con su ingenio y ha descubierto el potencial revitalizante del humor.   

-Se oye un gallo de fondo…
“Estamos grabando en Arafo y, aquí, la música se lleva en el alma. El día previo se realiza un ensayo lo más parecido al programa, que es cuando probamos muchas cosas que no hemos podido ensayar. Con atrezo, escenografía, vestuario… Ahora lo hacemos sin público, por las limitaciones a causa del coronavirus”. 

-Para quien no te conozca todavía, ¿quién eres?
“Obviamente, mucha gente puede no conocerme. De hecho, me llaman por la calle Panchita. Llevo un montón de años con este personaje, que ha eclipsado a los demás. Pero, bueno… Soy una mujer nacida en La Palma. Me gustó el teatro desde siempre. De chiquita estaba en el grupo Bambalinas, en mi pueblo. Siempre me fascinó el mundo del espectáculo. Me trasladé a La Laguna a estudiar sin saber que había una escuela de teatro profesional y, cuando abrieron la inscripción, dejé Filología Inglesa a la mitad”.  

-¿Ahí coincidiste con Javier Peña Pinto?
“Él fue mi profesor. Llegó antes. Durante todos estos años hemos tenido una trayectoria en común. Al terminar los estudios en la escuela, yo empecé en Zaranda Troupe, de la que él era miembro. Profesor, compañero y, al final, mi pareja. A partir de ahí, hemos estado juntos en todos los proyectos. ¡Hasta la fecha!”.  

-Panchita y Servando son la bomba, una explosión de risa…
“Primero eran las cartas de Panchita, que narraban las historias con Servando. Y no he podido desprenderme de su influjo, a pesar de que he sido Anaconda Quintana [parodia de Ana Rosa, la presentadora de Telecinco], la señorita Luisa, muy Rottenmeier [la institutriz de Heidi], la poetisa Magdalena del Castillo…”. 

-¿Se finge mucho?
“El teatro es una transformación. No eres tú, sino otra persona. Y eso era lo que más me atraía. Para mí, en una casita de Breña Baja rodeada de huertas, la interpretación era una ventana al mundo. No sabía si ser actriz, cantante, pintora, bailarina o lo que fuera, pero el arte en general captaba mi interés. Entonces, el teatro canalizó esas emociones y me atrapó. Sí, se finge. No soy yo, para nada [ríe]”. 

-Además del teatro, el cine, la televisión, la publicidad…
“Cortos son ya varios. Siempre me apunto al Festivalito. Este año he rodado un largometraje de Toni Llorens, que no se ha estrenado. Está al caer. Me encanta el cine. Sin embargo, es de lo que menos he hecho. Para televisión creamos el programa infantil La chatarra mágica y participé en la serie La Revoltosa [con Manolo Vieira y Eloísa González. Se estrenó en Televisión Canaria en diciembre de 2010, con un gran éxito de audiencia. Nieves era la asistenta de la casa señorial de aquel nombre, que cobijaba a un revoltijo de familias]”. 

-En el corto Frío, frío estás desorientada. ¿En qué momentos te has preguntado dónde estás?
“Pues, mira, ese corto lo rodé en mi isla, en la casa de mi hermana sobre la marcha. Es idea mía.  Reflejaba esa sensación de búsqueda. Siempre me lo estoy formulando.  Constantemente me replanteo, aún, si sirvo para esto.  ¡Te lo juro! Sigo matriculándome en cursos… Este año hice uno con la gran directora Gracia Querejeta. A nivel profesional me cuestiono si lo hago bien, no encasillarme, no quedarme en la parte cómoda de lo que sé. Aprender es una consigna que me he impuesto, porque también evolucionas. Lo que yo podía dar a los veinte años no es lo mismo que hoy en día. Rastreo a ver quién soy. A nivel personal, igual”. 

-¿Qué es lo que más te ha sorprendido en este oficio?
“No es como me lo esperaba. Lógicamente, cuando estudié en la escuela de actores, suponía que iba a representar a Shakespeare [risa]. No me imaginaba vivir del humor. Me sentía muy dramática en mi vida. He sido muy miedosa, pero desperté la valentía en mis adentros y tiré p’alante. Eso es lo que más me ha sorprendido”. 

Nieves Bravo, actriz. / DA

-Cuando el reloj biológico marca la hora del humor, ¿el tiempo es un tesoro?
“Yo he encontrado un gran tesoro y hasta me ha rescatado. El humor nos libera de apuros y desdramatiza situaciones como esta, con la pandemia. Durante el confinamiento me puse a grabar tonterías y las compartía en las redes sociales. Necesitaba alegrarme y divertir”. 

-¿En qué se recicla la chatarra mágica?
“Son etapas. Cuando no tenía trabajo, inventamos La chatarra mágica, planteamos la idea a una televisión, la aceptó y se desarrolló. Fuimos muy innovadores. Me vino muy bien hasta que comprendí que había cumplido su cometido. El año pasado me ofrecieron un infantil muy educativo, Nino y Nina, en el que yo encarnaba a la profesora. Era un proyecto muy bonito de prevención para promover en edades tempranas habilidades y hábitos de vida saludables, esenciales para el crecimiento personal y el respeto”. 

-¿Qué te ha aportado el veterano programa En otra clave?
“Estoy agradecidísima. Por ejemplo, me ha permitido conocer los resortes de la comedia: el fundamento del chiste, la colocación, la importancia del silencio… A título personal, he conocido a grandes amigos, que son mi otra familia. Y es una experiencia no solo televisada, sino con público; con la suerte de trabajar cada semana. De ahí surgieron oportunidades externas para los viejos, que somos Javi y yo. Como Servando y Panchita nos hemos recorrido todos los municipios de las ocho islas. No ha faltado ni uno. Así que, muchas galas. Pepe Benavente y nosotros somos un reclamo para la tercera edad”. 

-¿Se creen que de verdad  son de la edad que aparentan?
“Sí… Me dicen: ‘¡Ay! Te saqué por la voz, porque el aspecto engaña’. ¡Fantástico!”. 

Servando y Panchita. / DA

 

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