“Evitar una catástrofe social en Canarias sólo es posible reactivando el turismo”

Miguel Villarroya intervino ayer en la mesa de debate “Nuevos paradigmas del sector hotelero ante el COVID19”, que organizó Futurismo Canarias en las instalaciones del Hotel Vulcano, y en la que también participaron Jorge Marichal, presidente de Ashotel y CEHAT; Susana Pérez, presidenta de ASOLAN; Nicolás Villalobos de Cordial Hoteles; José Fernando Cabrera de Foro FAST y Antonio Vicente Hormiga, de ASOFUER. El debate estuvo moderado por Antonio Salazar, uno de los periodistas de referencia de Diario de Avisos.

Debate hubo poco, porque todos los participantes estaban de acuerdo en que se sentían totalmente desamparados y abandonados por las autoridades, y el reclamo general ha sido un mayor control de entrada de viajeros para salvar no sólo el turismo sino a toda la sociedad canaria. Villarroya fue claro: “Tuvimos una gran oportunidad en junio, cuando no había casi contagios en las islas y se plantearon los controles de viajeros con tests, pero han pasado meses y seguimos planteando lo mismo sin hacer nada. Y eso que en Canarias ese control de viajeros es fácil, basta con controlar puertos y aeropuertos”.

Se acaba de recibir la noticia de que Alemania y Reino Unido levantan el veto a las Islas, para Villarroya “algo muy positivo pero que servirá de poco si no empezamos a exigir tests a todos los viajeros y seguimos importando casos. ¿No hemos aprendido nada?”.

En el debate se habló de actuaciones políticas, o más bien de la falta de estas: “Se ha puesto de relevancia la incapacidad de nuestra clase política de analizar y llevar a cabo estrategias correctas, tal como han hecho otras regiones como Maeira, Taiwan y Nueva Zelanda. No entendemos esta falta de liderazgo. Está claro que el sistema no funciona al hundirse en un mar de incompetencias, y tener el mismo color político en Canarias y Madrid es un hándicap importante porque no se ha presionado lo suficiente para salvar el territorio. Estamos actuando muy tarde, pero actuemos ya. Definamos cuándo y dónde se van a tomar medidas; porque la empresa privada ya está demostrando que las palancas se pueden accionar de forma inmediata cuando hay un verdadero interés y una correcta gestión”.

Villarroya habló de la importancia de las empresas en el tejido social, y en el caso de Canarias la responsabilidad de la industria turística y su repercusión en el bienestar de la sociedad canaria. “Hasta septiembre, hemos tenido 6 millones menos de turistas que dan como resultado 7.000 millones menos de euros en ingresos en nuestras islas, recordemos que el turismo genera 2.500 millones de recaudación en impuestos que vertebra el 40% del presupuesto canario. Si en 2019 había 800.000 canarios en riesgo de pobreza no quiero imaginar la situación en 2021, una vez los ERTE se conviertan en ERE”.

Le preocupa la fractura social. “Puede ser tremenda. Hemos perdido un tiempo precioso. Los 175.000 trabajadores temporales de Canarias que están ahora mismo en ERTE no verán renovados sus contratos en 2021 si seguimos así, esto se va a convertir en un gran drama civil. Si en enero se acaban los ERTE y no hay exoneraciones fiscales para los empresarios, ¿en qué situación vamos a encontrarnos?”

Salazar decía que es el momento de levantar el tono de voz. “Debemos poner los intereses generales por encima de los particulares. La forma de evitar la catástrofe social en canarias es directamente proporcional a la capacidad de reactivar la industria turística, y eso sólo puede lograrse con un escudo seguro que proteja a la población y dé confianza en los mercados. Es el futuro de nuestros hijos y del Archipiélago”.