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La obra que no supo (o no quiso) acabar Coalición Canaria

Lo que parecía un imposible, cerrar el anillo insular, se encaminó desde que los coalicioneros perdieron el Gobierno autonómico
El robot jumbo comenzó ayer la excavación de los túneles de la boca sur del que será el cierre del Anillo Insular, que unirá el norte con el sur de Tenerife, en presencia de las autoridades. Sergio Méndez
El robot jumbo comenzó ayer la excavación de los túneles de la boca sur del que será el cierre del Anillo Insular, que unirá el norte con el sur de Tenerife, en presencia de las autoridades. Sergio Méndez
El robot jumbo comenzó ayer la excavación de los túneles de la boca sur del que será el cierre del Anillo Insular, que unirá el norte con el sur de Tenerife, en presencia de las autoridades. Sergio Méndez

 

Ayer fue un gran día para los tinerfeños, o al menos para aquellos que consideran que el cierre del anillo insular de carreteras es una prioridad para, sin ir más lejos, facilitar la movilidad de donde estaban las principales bolsas de desempleo (Norte) y los puestos de trabajo (Sur), al menos hasta la llegada de la pandemia y a la espera de que el turismo se recupere y vuelva a ser el motor de la economía tinerfeña.

Sea como fuere, si el inicio de las obras del túnel de Erjos se produjo ayer, a primeros de octubre de 2020, tiene mucho que ver con la incapacidad del Gobierno que presidió Fernando Clavijo (Coalición Canaria) en hacerlo posible, algo que, en justicia, tiene mucho que ver con el paso de su compañero de filas, el exvicepresidente y consejero de Obras Públicas y Transportes regional entre 2017 y 2019.

La mejor prueba de ello es que solo tras la salida de Coalición Canaria del poder autonómico, hoy en manos del cuatripartito conformado por PSOE, NC, Sí Podemos Canarias y la Asociación Socialista Gomera, los trámites que parecían insalvables fueron decayendo, especialmente a partir de finales de 2019, en una tarea en la que ha tenido mucho que ver el hoy director general de Obras Públicas del Gobierno de Canarias, José Luis Delgado, quien, por cierto, conocía perfectamente el expediente en cuestión dado su paso por el Cabildo de Tenerife.

“Se habló de carreteras, pero en Tenerife no se movió ni un metro”, recordaba ayer el hoy presidente de la Corporación Insular, Pedro Martín, quien añadía que “hoy [ayer para el lector] estamos impulsando, Gobierno de Canarias y Cabildo de Tenerife, una obra fundamental, porque comunicar el norte y el sur de la Isla no solo es una cuestión de justicia y de movilidad, sino que es una cuestión de equilibrio económico en Tenerife, y eso es fundamental para el Cabildo”.

Lo cierto es que, tras la inoperancia que, sobre este asunto, caracterizó a la etapa de Pablo Rodríguez, llegaron las decisiones que han permitido rematar la faena que nos ocupa. En el triste recuerdo que provoca la anterior etapa, basta con recordar una exclusiva de DIARIO DE AVISOS que asombró incluso a los periodistas de este periódico, atónitos al descubrir (y desvelar a la opinión pública) que el proyecto inicial solo contemplaba un carril por sentido, circunstancia (ahora corregida) que dejaba sin sentido una obra de estas dimensiones, al limitar el tráfico por la misma a niveles insignificantes (y, desde luego, lejos de las promesas sobre los 30.000 desplazamientos al día).

Desde finales de 2019 hasta ahora, se fueron solventando todos los problemas que se presentaban, principalmente en las dos canteras que se restaurarán: La Grama (junto al núcleo de Santiago del Teide) y Bilma (a la altura de la glorieta de acceso al casco urbano de este municipio), en torno a las cuales se han movido tierras, varios cientos de miles de metros cúbicos.

La primera ya se colmató tras desbloquearse los problemas administrativos con Medio Ambiente y obtener la autorización para empezar a actuar a comienzos de abril, en pleno confinamiento por la pandemia de COVID-19. El objetivo de rellenarla al 100% se cumplió en cuatro meses.

Respecto a la segunda, se acondicionaron los accesos para poder verter toda la roca que se extraerá de la excavación del túnel. Finalmente, se logró la autorización ambiental de Minas.

Pero, como no podía ser de otra manera, Pedro Martín fue más allá. “No basta con acabar esta obra, va mucho más allá. Por eso ya estamos trabajando en impulsar la actualización del proyecto entre Icod de Los Vinos y Santa Cruz de Tenerife y el de Las Chafiras-Oroteanda. Como sigue siendo esencial para nosotros la variante desde Guamasa hasta Lora y Tamayo”.

Cuestionado ayer sobre el porqué de tanto retraso, Martín reconoció que “no encontramos los proyectos, había aparentes iniciativas, infografías y fotos muy monas, pero lo que no había eran proyectos terminados para poder adjudicar. Estamos recuperando ese tiempo, y desde el Cabildo de Tenerife es mi obligación agradecer al actual Gobierno de Canarias, a su actual consejero Sebastián Franquis, la sensibilidad demostrada con este proyecto. También al actual director general regional, José Luis Delgado, pese a su carencia de medios y en la confianza de que pronto se incorpore el personal necesario, porque Tenerife no puede seguir esperando, y las colas de la TF-5 dan buena cuenta de ello”, recordó el mandatario insular.

La complejidad de esta infraestructura no solo radica en la ejecución, sino en las dificultades que tuvo que sortear: falta de acuerdo en las expropiaciones; errores de plazo en las adjudicaciones con las consiguientes suspensiones en el inicio de los trabajos; declaraciones de impacto ambiental a contrarreloj; obras anexas; firmas en contra de algunos tramos; cambios de gobiernos en las administraciones competentes, y algún que otro olvido (como sacar a tiempo el concurso para el “control y vigilancia de la ejecución de las obras del tercer carril de la TF-1, en su tramo San Isidro-Las Américas, enlace de Las Chafiras”, en San Miguel de Abona).

Inconvenientes que se han superado, pero que ralentizaron durante más de una década el proyecto que supondrá un antes y un después en la movilidad de Tenerife.

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