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La momia guanche de Madrid fue mejor conservada que los faraones

Un documental narra la mayor investigación sobre la cultura aborigen de las Islas y revela los secretos de los cuerpos embalsamados de los antiguos pobladores, que se encuentran en condiciones más óptimas que los pertenecientes al Antiguo Egipto gracias a un mirlado en el que se usaban mantecas, sangre y piedras
Teresa Gómez Espinosa, jefa del Departamento de Conservación del Museo Arqueológico Nacional, junto al equipo encargado del traslado de la momia guanche al Hospital Quirón de Madrid. DA
Teresa Gómez Espinosa, jefa del Departamento de Conservación del Museo Arqueológico Nacional, junto al equipo encargado del traslado de la momia guanche al Hospital Quirón de Madrid. DA
Teresa Gómez Espinosa, jefa del Departamento de Conservación del Museo Arqueológico Nacional, junto al equipo encargado del traslado de la momia guanche al Hospital Quirón de Madrid. DA

La llegada de los castellanos a Canarias a finales del siglo XV produjo un enorme choque entre dos culturas que se desconocían mutuamente. Los aborígenes quedaron asombrados al ver a gente armada, y con herramientas que ellos no conocían, desembarcar en sus tierras, mientras que los castellanos se sorprendieron por la altura y los rasgos de los guanches.

La guerra entre ambos pueblos fue inmediata, y con el paso de los siglos la cultura guanche fue desterrada al olvido. No obstante, este pueblo dejó, sin pretenderlo, una valiosa herencia que permite a arqueólogos y expertos de hoy en día conocer la vida -y la muerte- de los antiguos habitantes del Archipiélago. Durante diez siglos momificaron a sus muertos, los cuales han llegado hasta nuestros tiempos en gran estado de conservación.

Una investigación que se ha desarrollado a lo largo de cinco años y en la que han participado algunos de los médicos, científicos e historiadores más prestigiosos de España ha resuelto ahora muchos de los interrogantes y enigmas históricos que pervivían en torno a los guanches. Los principales resultados se muestran en el documental Las momias guanches, coproducido por RTVE y Story Producciones, que se estrena hoy a las 21.00 hora canaria en La 2.

Regis Francisco López, director de Story Producciones, explica a DIARIO DE AVISOS que la cultura de los aborígenes es “sorprendentemente desconocida en el conjunto de España cuando todos conocemos la momificación egipcia”.

La idea de este documental, que recorre el proceso de ADN, análisis de carbono-14 y reconstrucción forense, parte de otra producción previa que realizaron a las momias egipcias que se hallan en el Museo Arqueológico Nacional (MAN). Tras ganar en Cannes el Delfín de Oro al mejor documental histórico del año, se atrevieron con un cuerpo embalsamado más cercano para los españoles. Al fin y al cabo, en el MAN se encuentra la momia guanche mejor conservada del mundo.

Difícil acceso

Tal y como explica Francisco López, tanto desde Tenerife como desde Madrid se ha facilitado todo elemento necesario para conocer mejor el pasado de la cultura guanche. No obstante, no todas las momias se encuentran en suelo español.

“Gran parte del comercio ilegal de bienes arqueológicos desarrollado en Canarias en el siglo XIX se centró en el expolio de cuevas, donde podían obtenerse las codiciadas momias guanches, infravalorándose la mayoría de las veces la propia cultura material asociada a ellas”, apunta el MAN en su texto El patrimonio arqueológico en España en el siglo XIX: el impacto de las desamortizaciones.

En este sentido, muchas de las momias fueron vendidas y han ido apareciendo en distintos museos alemanes, franceses y británicos con el paso del tiempo. Han sido estos centros culturales extranjeros los que han dificultado de alguna manera la investigación. “En algunos lugares las tienen en depósitos y es realmente difícil acceder a estas momias”, expresa Regis Francisco López.

Por suerte, aquellos cuerpos que fueron expoliados no pueden compararse con la joya que se encuentra en el MAN. Llegó a la institución en 2015 procedente del Museo Nacional de Antropología y, desde entonces, ha estado en manos de la protección de Teresa Gómez Espinosa, jefa del Departamento de Conservación.

La investigadora afirma que su dentadura perfecta -lo cual demuestra que pertenecía a la clase alta-, sus manos y la apreciación de sus músculos son impresionantes. “Las momias no se restauran, se conservan. La tenemos en una vitrina con aire filtrado que hicimos exclusivamente para el cuerpo”, matiza.
Su historia, que se reproduce en el documental, es verdaderamente extraordinaria. Gómez Espinosa describe que este varón debió de nacer en la segunda mitad del siglo XII, sobre el año 1160. En cuanto a su muerte, se fecha en la primera mitad del siglo XIII, dos siglos antes de que Castilla arribara a las Islas.

Los guanches evitaban que los órganos internos se pudrieran

En Egipto, la salvación en la otra vida requería de la presencia física del cadáver. Isaac Asimov, quien, además de escribir sobre ciencia también lo hizo de Historia, afirmaba que esta idea surgió del hecho de que “en el suelo seco de Egipto los cuerpos se descomponen lentamente, de modo que pensaron que la prolongación de la duración de la forma física del cuerpo era algo natural e incluso deseable, y buscaron los medios necesarios para conseguirla”.

Los embalsamadores tinerfeños también aprovechaban el calor del sol para deshidratar a los muertos. No obstante, el desarrollo era distinto. Mientras que en Egipto el cuerpo se exponía al sol durante 70 días, las momias canarias se exponían tan solo 15 jornadas.

Asimismo, los órganos internos, los cuales se descomponen mucho antes, eran colocados en jarras de piedra -vasos canopos- en el Antiguo Egipto. Las momias canarias, en cambio, eran sometidas a un proceso que impedía la putrefacción, por lo que las momias guanches aún tienen sus pulmones, riñones y su corazón en el interior.

Para evitar su descomposición, los cuerpos eran manipulados con manteca de ganado, sangre o piedras volcánicas y se introducían pequeñas rocas características del Teide por el ano y la boca. Después, los envolvían con pieles de cabra. En este sentido, los expertos lo tienen claro: “Es mucho mejor la momificación guanche que la egipcia”.

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