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Corregir el sistema electoral

He venido valorando los sistemas electorales y políticos de Europa, en particular los vigentes en Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, España, Holanda y Grecia. El sistema electoral resuelve la relación entre representación y gobierno, que los primeros países de Europa, Alemania, Reino Unido y Francia han resuelto y planteó Italia sin éxito, cuando su propuesta de modificación electoral fue anulada por su Supremo en 2018. Grecia realizó una modificación de su sistema proporcional, con una prima de 50 diputados de 350, para la fuerza más votada, lo que permite gobernarse. Existen dos sistemas electorales básicos. El modelo inglés mayoritario, copiado por los americanos, donde en cada circunscripción en que dividen la nación se elige el diputado más votado, todo para el mejor. Por contra, en los proporcionales en cada circunscripción, en España son provinciales, se asignan los diputados por orden de lista con la regla D´Hont. En los sistemas mayoritarios el diputado se debe al ciudadano que le vota, en los proporcionales al partido que lo coloca, por obediencia y no por mérito. Estas reglas de juego en apariencia sencillas, reducen el número de partidos en los mayoritarios, siendo incontrolables en los sistemas proporcionales puros. Definen con ello la naturaleza de los partidos, que resultan más democráticos en los mayoritarios, al igual que sus sociedades civiles y la calidad de su voto.
Reino Unido ofrece un sistema “mayoritario” de larga tradición, torys y laboristas; republicanos y demócratas en EE.UU. El sistema electoral tiene efecto sobre la dimensión del gasto público/PIB, donde ingleses y americanos se sitúan en el tercio y los europeos proporcionales, entre el 40-50% , consecuencia del peso del elector sobre las decisiones políticas. Alemania tiene un sistema corregido proporcional-mayoritario, con 299 circunscripciones uninominales y 630 diputados. Con una sencilla regla de gran eficacia, la barrera del 5% del voto nacional, con la cual de 36 partidos presentados solo 5-6 llegan al Bundestag. Francia, entre 1946-1958 en su IV República, tuvo en 12 años 20 presidentes. De Gaulle, con la V República, modificó el sistema proporcional, con una doble vuelta. Con la que hoy Macron, con el 23% de los votos en primera vuelta, obtuvo en segunda el 66% de los diputados. Solo así puede gobernarse Francia. Holanda posee el sistema proporcional perfecto, además en circunscripción nacional única, el mejor representado del mundo. Le obliga a gobernar en coaliciones de 4-5 partidos, lo que sólo es posible porque son holandeses. El Gobierno está bajo control ciudadano, como hemos visto en la gestión UE de la COVID. España ofrece un sistema electoral muy deficiente. Incrementa su ingobernabilidad con la crisis y en ella por la rotura de la nación, producto del propio sistema electoral. Dos reglas sencillas para corregirlo. Poner el corte en el 5% del voto nacional, tal como se debatió en 1977 por los constituyentes, que habría dejado fuera a los nacionalistas,incluso catalanes y vascos, y reduciría el mapa electoral de 13 a 5 partidos; primarlos electoralmente ha elevado el conflicto. Una segunda regla, pasar de circunscripción electoral provincial a autonómica. Con efectos sobre la mejora de calidad de la representación y corrección del voto afecto al tamaño de las pequeñas provincias, 18 con 3-4 diputados, donde el voto de facto es mayoritario, aunque sin sus ventajas. El 5% y la circunscripción provincial están anclados en la Constitución, cuya modificación hoy es imposible. Estamos gobernados por una coalición montada sobre los defectos del sistema electoral que hace irreconocible a la nación, al gobernarse por quienes se oponen a ella. Donde la política se ha reducido a un juego de tronos, que nos mantiene perdidos en su laberinto.

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