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Deseos de salud para el 2021

La pandemia obligará a vivir este Fin de Año de una forma más modesta, no habrá grandes reuniones familiares, ni orquestas o cotillones en la calles. Además, en la mesa convivirán la incertidumbre frente a una futura crisis junto a la esperanza ante la llegada de la vacuna con la que preservar las vidas de los seres queridos
Un nuevo año lleno de salud, ese es el deseo que más repiten en voz alta los ciudadanos de Tenerife tras un año en el que 50.000 personas han perdido su vida con la enfermedad de la COVID-19. SERGIO MÉNDEZ
Un nuevo año lleno de salud, ese es el deseo que más repiten en voz alta los ciudadanos de Tenerife tras un año en el que 50.000 personas han perdido su vida con la enfermedad de la COVID-19. SERGIO MÉNDEZ
Un nuevo año lleno de salud, ese es el deseo que más repiten en voz alta los ciudadanos de Tenerife tras un año en el que 50.000 personas han perdido su vida con la enfermedad de la COVID-19. SERGIO MÉNDEZ

Salud, dinero y amor. Estos son los tres deseos clásicos en los que se piensa al comienzo de cada año. Sin embargo, de cara a 2021 una de esas palabras cobra más importancia que ninguna y los deseos de salud se multiplican tras un año en el que la enfermedad por la COVID-19 ha puesto fin a más de 50.000 vidas en toda España, 404 en Canarias.

Por eso, Jennifer Vera, educadora infantil, trasladaba ayer en la santacrucera Plaza Weyler el que es su deseo para el 2021: que la pandemia llegue a su fin para que podamos dejar de lamentar tantas muertes a diario.

Tras la salud llega el deseo de tener algo de dinero, un valor que ha empezado a escasear en más hogares a causa de la pandemia. Vera, que perdió su empleo tras el cierre del centro infantil en el que trabajaba, espera que en 2021 surjan nuevas oportunidades laborales.

Parece que en lo económico los ciudadanos tienen más dificultades para mostrarse optimistas. Mercedes Calderón, por ejemplo, se preocupa de la realidad que tendrá que afrontar el país cuando empiecen a verse los efectos del confinamiento y de las restricciones en la economía: “La situación se presenta muy negra, no somos conscientes de la crisis que llegará en febrero o marzo de 2021”.

Y respecto al amor… persiste el deseo de poder dar todos los besos y abrazos guardados, postergados debido a un virus que impone distancias y mascarillas. Aún no hay fecha para regresar a ese contacto físico y eso se notará en la noche del 31 de diciembre, en la que Ingrid Ximénez mostrará el amor que tiene a sus padres de una forma diferente: no viajando a Barcelona para preservar la salud de estas personas de riesgo.

En la mesa, como ya ocurrió en Nochebuena, volverán a sentarse un número reducido de comensales y con las medidas sanitarias bien presentes. Así lo hará David Paniagua, que saldrá corriendo de casa de su suegra para volver a su domicilio sin saltarse el toque de queda.

A estas limitaciones en los domicilios se suma que tampoco habrá fiesta. Así que esta vez para algunos la Nochevieja será “algo triste” al no poder vivirla bajo los fuegos artificiales, de cotillón o bailando junto a las orquestas.

Eso sí, la llegada de la vacuna permite a la mayoría afrontar con esperanza el comienzo de un nuevo ciclo. Es el caso de Mercedes Calderón, jubilada, o de Cristina Melián, profesora, ambas dispuestas a ponerse la vacuna “en cuanto sea posible hacerlo”.

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